Los juegos infantiles se adquieren a través de concurso público y las empresas que más suministran son extranjeras, como algunas suecas, que fabrican juegos de mayor calidad.

Los precios varían en función de la fábrica y de la instalación, una con dos columpios suele costar unos 3.100 euros, mientras que el precio que se paga por un balancín se aproxima a los 900 euros. Las mallas para gatear con toboganes vale 15.000 euros, aunque los hay más sofisticados y complejos que pueden llegar a superar los 30.000 euros.

En países como Suecia, las fábricas suelen tener una guardería donde los niños prueban sus juegos infantiles, siempre bajo la supervisión y el control de un grupo de especialistas.