La vida de Diana de Gales fue un culebrón de principio a fin. Aquel dramón romántico de difusión universal empezó en 1981, año de su boda con el príncipe Carlos, y culminó con un amargo divorcio y la inesperada muerte en París en 1997. De los engaños, infidelidades y acusaciones mutuas de la pareja, el público fue informado con pelos y señales. Dieciséis años desde su desaparición, Diana es hoy un fantasma del que Guillermo y Catalina, las nuevas estrellas de la familia real, se han empeñado en distanciarse. ¿Qué sentido podía tener una película sobre los últimos momentos de una vida en la que se ha hurgado hasta la saciedad?

La crítica británica ha destrozado sin piedad el filme del director alemán Oliver Hirschbiegel (El hundimiento ), cuya gala tuvo lugar el jueves por la noche en Londres. El largometraje, titulado Diana , llegará a España en diciembre y está protagonizado por Naomi Watts, que encarna a la princesa de Gales. "Es muy difícil predecir la reacción del público", afirmó la actriz británica durante el paseíllo en la alfombra roja.

La historia, basada en el libro Diana: su último amor , de Kate Snell, publicado en el año 2000, se centra en la relación amorosa que mantuvo la princesa durante dos años con un cirujano de origen paquistaní afincado en Londres. El cardiólogo Hasnat Khan ha sido siempre muy discreto con aquel delicado episodio de su vida, al que ha preferido no dar publicidad. Ahora se declara indignado, con un guion basado, ha dicho, en "chismes y suposiciones". Khan, que nunca confirmó el idilio, ha prometido que no verá jamás la película.

"Basura", ha sido el inapelable veredicto del diario The Sun . "La reina de corazones ha sido retratada como una triste solterona, a la que incluso Bridget Jones trataría de evitar cruzándose de acera", ha escrito David Edwards en el Mirror . El filme, añade el crítico, es "barato y facilón". Peter Bradshaw, en The Guardian , arremete contra unos "diálogos acartonados que son una fantasía al estilo de los tabloides, de como habla la gente importante en privado". La cinta, asegura, ha matado por segunda vez a Diana. Joe Little, director de la revista Majesty , especializada en asuntos monárquicos, cree que el silencio de los Windsor, es a su entender comprensible.