La economía de los datos era hasta ahora una energía, pero a partir de la nueva discontinuidad en su manejo se ha convertido en un cuerpo de conocimiento que permite que los mercados y que la interacción entre las administraciones con las personas funcionen mejor y que, en última instancia, se saque provecho de ese conocimiento de lo que la gente hace, piensa y precisa», manifestó Emilio Ontiveros, catedrático de Economía de Empresa de la UAM y presidente de Analistas Financieros Internacionales, en la presentación del estudio Economía de datos. Riqueza 4.0, que ha dirigido y que ha editado Fundación Telefónica. Lo hizo en una Jornada a la que asistió el alcalde, Francisco Javier Fragoso, que lo presentó, y el director regional de Telefónica, Guillermo Santamaría.

«Además de las ventajas hay también elementos que generan cierta cautela sobre la privacidad, la intimidad y el derecho a mantener la personalidad de cada uno; que plantean interrogantes acerca de la portabilidad de datos», dijo, en relación al mal uso de datos como los conocidos de grandes empresas digitales. Hechos que indican que «un uso perverso, ilícito, pueden abortar las bondades asociadas al manejo inteligente» de los mismos.

Por eso, añadió, es muy importante que ante la revolución de los datos haya un cuerpo de regulación», afirmó Ontiveros. Y añadió que «Europa, a diferencia de Estados Unidos, ha sido pionera y trata de preservar las ventajas del libre flujo al tiempo que pone cortapisas al manejo indiscriminado que pueda atentar contra la intimidad y los derechos individuales».

La respuesta a esos posibles abusos, señaló, «no debe ser nacional, sino supranacional, como ha hecho Europa, que está dando una respuesta más adecuada aunque insuficiente todavía, a las pretensiones de gran hermano de algunas multinacionales».

EXTREMADURA / En cuanto a Extremadura, afirmó que «el manejo inteligente de los datos requiere acceso fácil, que las administraciones conozcan el comportamiento y las preferencias de sus ciudadanos, y también en las empresas, las pymes, pues el manejo de datos y su uso inteligente es una transformación barata». Consideró que ello exige seguridad «y la alfabetización de la población, que debería ser una prioridad». E indicó sobre la internet de las cosas que facilitarán esos procesos, aunque «puede ser inquietante en la medida que haya una destrucción de empleos que no se compense con la emergencia de nuevos. Es verdad que hay razones para dudar del plazo en que esa regeneración pueda tener lugar, porque habrá ocupaciones que como consecuencia de la extensión de la digitalización puedan desaparecer, la cuestión es si emergerán otras nuevas».