Apenas le salen las palabras cuando cuenta su historia, la que ha marcado a su familia desde hace 82 años. No quiere decir su apellido. Paquita ha cumplido 83 años. Tenía 20 meses cuando su padre fue asesinado y también su abuelo paterno, en agosto de 1936. Ocho meses después nació su hermano, «mi madre no sabía que estaba encinta». Paquita cree que a su abuelo lo mataron en la plaza de toros y a su padre en el cementerio Viejo. Solo lo cree porque «esas cosas no se pueden aclarar». En su casa «siempre» los han tenido presentes.

Tenía poco más de 10 años y sus profesoras descubrieron que tenía capacidad para estudiar, pero su madre no podía pagárselo. Le aconsejaron pedir una beca, pero el primer requisito para obtenerla eran los «méritos de guerra de su padre», con lo cual «no estudié». Cuando entró a trabajar en una empresa, a los tres días uno de los socios le dijo: «Paquita, su padre era de los que se equivocaron». Ella le contestó: «Mi padre defendió sus ideas, le tocó perder, mala suerte». Tenía 22 años. También recuerda al guardia civil que «paseaba» con ella y le informó que iba a pedir informes de su familia, por si luego no le permitían casarse. No se casó con él. Paquita se acercó ayer al cementerio Viejo, como tantas otras veces, desde que lo hacía de pequeña con su abuela, y depositó dos ramos de rosas en los maceteros del monumento que acoge la fosa común con 2.000 asesinados durante la Guerra Civil. «Hay que recordarlo para que la gente joven sepa lo que ha pasado, ha habido mucha esclavitud, mucho silencio, no se podía hablar nada», fueron sus palabras.

Decenas de personas acudieron ayer al cementerio de San Juan para participar en dos homenajes a las víctimas de la represión franquista: el primero convocado por los colectivos de Badajoz Antifascista y, posteriormente, el que celebran el PSOE y UGT desde 1977. Por primera vez en este acto subió al atril Ricardo Cabezas como secretario general del PSOE en Badajoz y recordó que estaba allí para «homenajear a héroes que defendieron sus ideas de igualdad y libertad hasta la muerte, ellos en el 36 no sabían que eran héroes, sólo sabían que tenían razón». En su discurso, Cabezas tildó de «incomprensible» que partidos como el PP de Badajoz «hayan convivido en su ejecutiva con franquistas consumados sin avergonzarse y riéndoles las gracias», en referencia a Juan Antonio Morales. Por su parte, el secretario provincial, Rafael Lemus, defendió que «no se puede consentir» que haya un municipio que lleve el nombre de Guadiana del Caudillo. «Es denigrante», dijo, y anunció que el PSOE de Badajoz no cesará en el empeño de que se cambie y agotará todas las vías, pues están dispuestos a acudir hasta el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, «porque el bien siempre tiene que triunfar sobre el mal».