La Noche en Blanco volvió a funcionar, por décimo año, como apertura oficial de curso en el ámbito sociocultural en Badajoz, con una inmersión de la ciudadanía en un encuentro que abre las puertas de la cultura y el arte a miles de personas, con la luna como protagonista y 174 actividades en 83 espacios que convirtieron el casco intramurallas en un espacio monumental de convivencia y creación.

El pasacalles Árboles caminantes, damas gigantes, Blanc Papillón y soñando, un espectacular show aéreo con una bailarina colgando de un trapecio circular de un racimos de grandes globos blancos, sujeto por dos técnicos con cables, causó una gran expectación entre el público, que este año no llenó la plaza de España.

Así comenzó un periodo de cinco horas de una intensa fusión entre un flujo humano y otro de creatividad propuesto por decenas de artistas y agentes culturales, a quienes agradeció su colaboración el concejal de Cultura, Antonio Cavacasillas, en la inauguración del encuentro.

Desde las 22.00 horas, prácticamente todos los espacios, monumentos, edificios y parques acogieron a un público dispuesto a descubrir la Giralda, Espantaperros, la catedral, el Banco de España, la Torre Siglo XXI y el taller de Ramón de Arcos.

También hubo público, aunque al cierre de esta edición menos que en años anteriores, en las exposiciones de Irene Gaitán en Jara; de fotografía en el Museo de la Ciudad, de esculturas de Hinchado en Arte Joven, la muestra sobre Flamenco, de Gene, en la diputación; Sangre verde de Emilio Gañán y Ana H. del Amo en Galería Ángeles Baños, o de Teresa Crespo en Espacio CB Arte. Y casi lleno en los conciertos en La Galera, en la Soledad, plaza Alta, o San Atón.