Volvía a casa de una comida cuando la policía le paró el coche, le hizo la prueba de alcoholemia y dio positivo. "Era el día de la visita de los Reyes y estaba la ciudad llena de policías", recuerda Paco, a quien le condenaron a una multa de 600 euros, la retirada de 6 puntos del carné de conducir y a realizar un trabajo en beneficio de la comunidad, que se sustituyó por el taller de seguridad vial, Taseval, que realiza ahora en Badajoz.

A sus 56 años, ésta es la primera vez que le han condenado, aunque reconoce que no es la primera que conduce después de tomar alguna copa. "Yo soy bebedor social porque tengo una profesión en la que toda mi vida he estado en la calle trabajando con clientes. Es muy difícil ir a comer con un cliente a 90 kilómetros de aquí y no beber un vino o tomar una copa, y luego ir a otros pueblos", relata.

Según este hombre, "esta es una realidad y en España no se puede tener a 0,50 el límite, porque pronto las cárceles se van a llenar. Vivo en Las Vaguadas y en mi calle hay cuatro a los que han retirado el carné". Paco considera que el único interés de la Administración es "recaudatorio".

También ve "una injusticia" que algunos conductores profesionales se queden sin trabajo al perder el carné. "Deberían modificar la medida y prohibirles conducir sábados y domingos y en vacaciones, para que no pierdan su puesto".

Paco espera que el taller "sirva para algo". Hoy ha aprendido la diferencia entre accidente e incidente.

La que sí reconoce que aprendió mucho en un curso de reeducación vial que ha hecho en la autoescuela fue Marta, de 45 años, quien asegura que todos los que lo hicieron coincidieron en que "debería ser obligatorio para todo el mundo. Me ha enseñado mucho, como que el 99% de los accidentes son evitables".

Sin embargo, se queja de que en este taller está repitiendo lo mismo que aprendió en el curso de la autoescuela que le obligó a hacer el juez y que le costó 350 euros. "Eran las ocho de la tarde y venía de comer de casa de unos amigos, me retiraron el carné y me obligaron a hacer el curso de la autoescuela, este taller, y a pagar una multa de 700 euros", recuerda.

Marta asegura que "la próxima vez cogeré un taxi, me saldrá mucho más barato".

"Al principio vienen a la defensiva, como si nosotros representásemos al sistema, y les tenemos que repetir que somos monitoras, luego se van concienciado", explican tras la clase Inmaculada Rodríguez y Laura Bonito, de Cruz Roja. "Intentamos hacerlo ameno, pero sin dejar de recordarles que cumplen una pena", señalan.