TNto sé si en Badajoz hay más o menos chorizos que en otros sitios, pero lo que sI tengo claro es que aquí son más atrevidos o más ingenuos, según se mire. Lo digo por los robos a autoridades que se han producido en la ciudad durante la feria y que más que alarma, han causado no pocas sonrisitas y chistes fáciles. A Miguel Celdrán le robaron en los toros 300 euros que llevaba en el bolsillo. Y nada más y nada menos que a la Delegada del Gobierno, o lo que es lo mismo a la "jefa política" de la policía, de la guardia civil y hasta del ejército, le sisaron el móvil. Y lo que es peor, en una fiesta de su partido.

Vayamos por partes. Lo del alcalde tiene miga. Se podría pensar que los cacos no le tienen respeto ni a la máxima autoridad de la ciudad. Sin embargo, todos sabemos que allí donde va José Tomás, también acuden expertos carteristas al calor de los llenos, trasiegos y emociones que provoca el torero. Así que lo normal es que no supieran ni de quién se trataba. En cualquier caso, señor Celdrán, procúrese una carterita que no es recibo llevar ese fajo de billetes sueltos y más en tiempos de crisis.

Y lo de la delegada del Gobierno es para película de Almodóvar. Resulta que el PSOE organiza una fiesta a la que "invitan", pagando su entrada, a numerosos colectivos y, por supuesto, a los militantes del partido. Pero, claro, a tanta gente quisieron hace participe del fiestorro, que la cosa se desmadró. Con toda su buena intención, porque ya sabemos que eso de la diferencia de clases está muy mal vista en el PSOE, invitaron hasta a la limpiadora de la sede socialista, que a su vez, y es aquí donde entra el efecto almodovariano, se lleva también a su vecina. Y al final resultó que amiga de la limpiadora no era una vecina cualquiera, sino que se trataba de toda una experta, como los carteristas de José Tomás. Eso sí es arte.