Me refería la última vez al aparcamiento en que se han convertido los terrenos aledaños a la facultad de Biblioteconomía y a la Biblioteca de Extremadura y a las quejas de los alumnos por el barrizal que se organiza en cuanto caen dos gotas.

La pregunta que me planteo es si no podrían los propietarios de vehículos, sobre todo el cuerpo docente, predicar con el ejemplo y subir a pie a la facultad. También demandar una línea de autobuses que llegara allí. No busquemos culpables fuera. El barrizal lo provocan ustedes: los usuarios de la facultad y, en menor medida, de la biblioteca.

Nadie quiere convencerlos de la necesidad de dejar el coche en casa, ni fuera de la alcazaba. Ahora hay un aparcamiento en Montesinos y, quizás, cada centro pudiera facilitar a los trabajadores una tarjeta de estacionamiento.

No le busquen tres pies al gato. La eliminación del barro no pasa por asfaltar todo el espacio inmediato a los nuevos centros. Eso chocaría con la presencia de restos arqueológicos de importancia, que aguardan sólo la orden administrativa para quedar visibles y ser puestos en valor. Su ocultación definitiva crearía, mucho me temo, problemas. Se trata de uno de los lados de la mezquita, después catedral.

Cuando el proyecto esté totalmente concluido habrá qué pensar cuánto espacio se deja para el estacionamiento de vehículos. Su presencia en aquel lugar es producto de la ausencia de criterio y, también, de sensibilidad con el monumento. El barro, no. El barro lo ponen ustedes.