Las estatuas de Francisco Pizarro y Pedro de Alvarado, en el paseo Fluvial, y la de Hernando de Soto, en la avenida Tomás Romero de Castilla, amanecieron ayer llenas de pintura roja y con mensajes en los que se podía leer «invasores asesinos», «etnocidio» y «masacre». El ataque a las esculturas de los conquistadores extremeños se produjo el día anterior, coincidiendo con la Fiesta Nacional.

El Ayuntamiento de Badajoz, que calificó los hechos como «intolerables» y criticó a las plataformas y colectivos que «los justifican y alientan desde una profunda miopía histórica», ya ha denunciado este acto vandálico ante la Policía Nacional, según confirmó el concejal de Patrimonio Histórico, Jaime Mejías. Se sospecha que las pintadas se realizaron entre las nueve o las diez de la noche del 12 de octubre y las siete u ocho de la mañana de ayer.

En consonancia con el comunicado remitido por el ayuntamiento para denunciar lo sucedido, el concejal aseguró que el consistorio se personará como acusación particular si se identifica al autor o a los autores de estos hechos «para que la pena sea más grave y haya una agravante». «Si este equipo de gobierno está apostando por poner en valor nuestro patrimonio, no va a permitir que un vándalo, por el motivo que sea, se dedique a atentar contra él. En todos los casos vamos a remover cielo y tierra para que se encuentre a esos delincuentes y se depuren responsabilidades», añadió. Además de «importantes» sanciones económicas, este delito está castigado con penas de cárcel.

YA SE ESTÁN LIMPIANDO

Las esculturas son competencia de la Concejalía de Cultura (aunque corresponde a Patrimonio interponer las denuncias por daños ) y ayer ya se estaban realizando gestiones para devolverlas a su estado habitual. Para ello, se contactó con el escultor de las figuras de Pizarro y Pedro de Alvarado, Estanislao García, quien se acercó a comprobar los daños y asesorar en las tareas de limpieza. La escultura de Hernando de Soto es de Enrique Pérez Comendador y fue donada por la diputación a la ciudad.

García explicó que sobre el bronce se ha vertido pintura sintética, de mayor grosor que la acrílica o el spray, por lo que costará más eliminarlas. El escultor confió en que las pintadas no hayan dañado la pátina y no sea necesaria la intervención del fundidor para recuperarlas. Ayer probaron con decapante y chorros de agua caliente y parecía que se podía retirar «relativamente bien», aunque será hoy cuando se vea si es efectivo o no este método. «Para mí ha sido un disgusto, pero me olía que una cosa así podía pasar, por lo que está ocurriendo con otras estatuas en lugares como Estados Unidos», lamentó.

Fue el grupo municipal socialista el que, a través de un comunicado, dio a conocer el ataque perpetrados contra las esculturas, que condenó. El PSOE lo calificó como un «acto de odio» y consideró que estas pintadas solo la pueden hacer «descerebrados, racistas y aquellos que entienden la libertad como un acto de violencia».

También el grupo de Ciudadanos emitió un comunicado para condenar los hechos. Para su portavoz, Ignacio Gragera, estos ataques «no atienden a razones históricas», lo que evidencia la «incultura» de sus autores.