TPtaso por allí casi cada día camino del trabajo. Es menos directo pero ahorro tiempo. Me refiero a la plaza Chica. Si intento subir por calle Prim, el semáforo que da entrada a Juan Carlos I me hacer perder varios minutos. La cola de vehículos es enorme; tardas mucho en pasar el cruce porque es la hora en que los padres llevan los niños al colegio y además porque, los que tuercen hacia Santo Domingo para entrar en el aparcamiento situado en el solar que aún persiste en esa calle, producen un tapón que impide que, con suerte, pasen más de cuatro o cinco coches. En fin, a lo que iba, que paso muy a menudo por la plaza del viejo mercado. La mañana del día en que escribo estas líneas ha sido la última y me he alegrado al recordar que la vetusta edificación va a ser recuperada y más importante aún, va a dar vida nueva a la zona y a los vecinos que soportan la suciedad que provoca la ausencia de actividad y la inseguridad que provoca el abandono. Lo han dicho en innumerables ocasiones, el inmueble es cueva donde se esconden actividades con las que vienen conviviendo cada día --y cada noche-- desde hace muchos años.

Yo también he ido viendo como se deterioraba, y no solo porque ahora tome ese camino para intentar compensar los minutos que racaneo en la cama, sino porque durante veinte años busqué y rebusqué un lugar para aparcar en sus inmediaciones. Muy cerquita estaba la emisora, en el cruce entre Santa Lucía, Meléndez Valdés y Cardenal Carvajal. En el angosto espacio que deja libre la estructura del antiguo mercado de Santa Ana, había bares donde tomar café cuando me tocaba entrar muy de mañana, y coincidía con los dueños de los puestos y con ellos departía. Poco a poco fueron desapareciendo y se hizo el silencio.

Decía que va a ser recuperada, figura entre los proyectos del plan ZP, y está destinada a un centro cívico cultural. Bienvenido sea. No sé si pasado el tiempo cuajará la idea, pero al menos se va a intentar que salga de un olvido que se presentía eterno.

Larga vida.