TMte preguntan con frecuencia los motivos por los que se está pidiendo un adecuado estudio de los muros de la alcazaba antes de iniciar su fase de restauración. Muchos amigos, bienintencionados, argumentan: ¿para qué analizar tanto si las murallas son de tapia? ¡Si, todavía, fueran de piedra!

Verán. La alcazaba de Badajoz, como tantos edificios, se levantó en varias etapas, a veces no muy distantes en el tiempo, y, como es lógico, sufrió numerosas obras de reparación. Por daños o, simplemente, por reformas o mantenimiento. Creo que eso es fácil de comprender.

Badajoz no tuvo, expresándolo en términos históricos, buen material de construcción y, al contrario que Mérida, hubo de recurrir a las obras de tapia a falta de sillería. Eso sí, los muros de nuestra alcazaba tienen una dureza enorme, porque la tierra está muy bien pisada. Para impermeabilizar se aplicaba un enlucido de cal y, luego, se dibujaban falsos sillares, disimulando las juntas de los cajones del encofrado. Justamente este enlucido es uno de los elementos más interesantes, cuando queda, a la hora de determinar las diversas fases del monumento. Porque la superposición de sus diversas capas suele formar una auténtica estratigrafía que permite obtener mucha información sobre la historia de la edificación.

Y, además, los obreros, generalmente soldados, encargados de los trabajos no podían evitar el irrefrenable impulso de escribir sobre el enlucido fresco. Unas veces son textos en árabe, fechas y nombres, otras. Y todo eso, cuando se conserva, aporta muchísimo para reconocer los momentos en que se levantó el conjunto. En los muros de la alcazaba se conservan algunos y, en cuanto se coloque un andamiaje adecuado, aparecerán más. No me cabe duda. Por eso las observaciones de algunos técnicos. No de aficionados. Porque en el informe que sirvió para elaborar el proyecto no se hacía un análisis adecuado del muro. Y es preciso terminarlo en condiciones antes de ponerse a enfoscar sin ton ni son. Sobre el muro de la fortaleza está escrito un libro y restaurar, sin haberlo leído, sería, esta vez sí, un ataque frontal contra el Patrimonio. No se trata de parar el proyecto, sólo de corregir antes de que sea tarde.