Qué sería la vida sin los libros? al menos la mía. No me la puedo imaginar. Desde pequeño han formado parte de mi vida, ver a mi padre leyendo, ahora a mis hijos y ver libros por todas partes. Echo un vistazo a mi casa y los hay en la cocina, el cuarto de baño, los dormitorios, los pasillos y dentro de los armarios. En la mesilla se me acumulan preguntándome cada mañana y cada noche que cuándo les llega su turno.

Llega de nuevo la Feria del Libro, y vuelve a ser una nueva oportunidad para el reencuentro. Especialmente el encuentro de lo imprevisto. Ya no la espero para encontrar el libro que buscaba, si no para recorrerla para intentar encontrar el libro inesperado, el que nunca me podía imaginar, o aquel que tenía olvidado. Me gusta tenerlos cerca, y los leídos subrayados y anotados, como haciendo ver que forman parte ya de mi vida. Muchos han sido los libros que he tomado prestado de una biblioteca y he terminado comprándolos para poderlos anotar y pintar. Para recuerdo de biblioteca las muchas horas pasadas en la infancia y adolescencia en la antigua biblioteca de la Plaza de Minayo.

Y entre los recuerdos imborrables de las Ferias del Libro, la del año 2000 en Castelar. Mi librero de cabecera y amigo Carlos Doncel, me recomendó varios libros para mi padre que estaba pachucho. El sábado al medio día le llevé tres libros, uno se lo terminó esa misma noche, los otros dos ya no los pudo leer, falleció el domingo. Y Carlos nos dejó unos meses después. Recuerdo a Carlos y a mi padre cada vez que paso delante de La Alianza.

Este año la Económica celebra su bicentenario y también es un homenaje al libro. Pasearse por su biblioteca es un placer para los sentidos, para la vista, el olfato, el tacto y también para el oído, disfruto con el silencio de una biblioteca y con el sonido de pasar página. La Económica fundó en el siglo XIX la primera biblioteca pública de la región, y este año ha seleccionado de sus casi 30.000 libros algunas piezas para compartirlas con todos. Ahora en la Feria del Libro muestra algunas del siglo XVIII, el mes próximo, coincidiendo con un encuentro de las RS Económicas de Amigos del País, mostrará otras joyas del siglo XIX. Espero que disfruten estos días de los libros, aunque sea en su casa en silencio. Merece la pena.