Valentín es un alumno de la academia de enseñanza Biblos al que no le ha hecho demasiada gracia tener que estudiar durante el verano para recuperar alguna asignatura. "Me han quedado Matemáticas de primero y también las de segundo, por lo que se puede comprobar que los números no me gustan mucho", cuenta este estudiante de Bachillerato. Al igual que él, otros muchos acuden este verano a las múltiples academias de enseñanza que hay en Badajoz para intentar recuperar las asignaturas que han cateado. "Mis padres me han dicho que me pagan todos las clases que sean necesarias con tal de que apruebe", explica Valentín, quien está convencido de que su esfuerzo tendrá una justa recompensa.

A pesar de que la crisis económica alcanza a casi todos los sectores de la sociedad, "las academias de Badajoz cuentan cada año con un mayor número de alumnos", según Mayte Batalla, profesora de la academia Biblos. Ella señala que se ha producido un cambio significativo con respecto a años anteriores, "porque ahora quienes más se apuntan a las clases son los que sacan mejores notas para realizar un último esfuerzo e intentar entrar en la carrera que desean", explica Mayte, quien recuerda cuántas clases dio a los que se les conocía como "el pelotón de los rezagados".

Este verano Biblos tiene 150 alumnos, mientras que en el mismo periodo del pasado año contó con unos cien. Este incremento también se ha hecho notar en la academia Torrente Ballester, en la que el número aumentó cerca de un 30%.

También en invierno

Pero las academias de la ciudad no solo son frecuentadas en verano, muchas cuelgan el cartel de "completo" durante el invierno. La academia Santo Domingo es una de ellas, su propietaria Mercedes Gutiérrez Leva dice que "muchos de los alumnos que vienen en el verano seguirán viniendo a las clases durante el curso".

La entrada en vigor de la Logse que, según estas academias, bajó el nivel de las exigencias en el sistema educativo, llevó a más alumnos a estos centros.

María José es otra de las alumnas de Biblos y reconoce: "Solo la mitad de mis compañeros han podido hacer la selectividad en junio porque tenían asignaturas pendientes". Para ella, el problema es que los alumnos pueden pasar con varias asignaturas "y cuando llegan a un curso superior no tienen tiempo para tantas".