"La verdad es que el ayuntamiento o la Junta de Extremadura deberían pensar más en que hay padres de familia como yo, que con tres hijos llevo tres años sin trabajar, y mi mujer y mi hija mayor tampoco trabajan". Es Pedro Francisco Caro quien así habla, tras conocer que acaban de concederle la tarifa social del agua. Está casado, es padre de cuatro hijos y no tiene empleo.

"A ver si se hacen eco de nuestra situación para que podamos tener algo de trabajo, aunque sea temporal, de seis meses". Añadió para explicar las circunstancias que llevaron a no poder pagar ni el recibo del agua, como le ocurre a otras 600 familias de la ciudad.

Pedro Francisco ya denunció acompañado por el concejal de IU Manuel Sosa, la pasada legislatura, que le habían cortado el suministro de agua por falta de pago. Una vez que resolvió aquel problema acuciante, solicitó a Aqualia que le concedieran la tarifa social. Es una ayuda municipal que le permite, mejor que peor, pagar una pequeña cantidad.

Previamente, tuvo que hacer efectivo el pago de la cantidad de dinero adeudado, lo que pudo hacer gracias a que Cáritas le proporcionó los 400 euros que debía.

La solicitud siguió sus trámites y hace un par de días "recibí una carta en que me decían que habían aprobado la tarifa social", contó ayer a este diario.

Los seis miembros de la familia Caro viven en una casa de las 800 Viviendas de la barriada de la UVA-Santa Engracia, en la margen derecha del Guadiana. Está en régimen de alquiler, que pagan a duras penas, ya que para la comida reciben ayuda de algunos familiares, sobre todo, "de una tía de mi mujer, que nos compra el pan todos los días", explicó.

Ahora, una vez concedida la tarifa social del agua, Pedro Francisco quiere informarse de si se puede hacer lo mismo con la luz, pues en su casa no entran ingresos por parte de ninguno de sus miembros.

Carecen, él y su esposa, de cualquier tipo de prestación y de subsidio al llevar ya tres años sin trabajar, "solo para subsistir si hago alguna chapuza, o pinto una habitación".