Los inmigrantes no vienen a quitar el trabajo a los españoles, hacen lo que otros no quieren», insiste María Gemio, presidenta de la oenegé Todos iguales, Todos legales, que cumple 18 años de trabajo y colaboración con quienes llegan a Badajoz procedente de cualquier país, sin recursos y muchas veces sin papeles.

En la actualidad, Badajoz recibe «a bastante menos inmigrantes que hasta el inicio de la crisis; en 2009 comenzaron a ver que faltaba el trabajo y muchos volvieron a sus países o marcharon a otros lugares», explica Gemio, quien ha hecho de su casa una especie de consulado universal para personas extranjeras, refugiados y sin recursos. Y aclara que «ahora, desde hace poco, se nota un cierto repunte, parece que vuelven a venir, y muchos de ellos suelen pedir asilo».

«Hay personas que se han jubilado con lo que han cotizado en sus países y aquí, o han ahorrado; la mayoría pagó los estudios a sus hijos en sus lugares de origen y ya son mayores; unos se han quedado y otros regresaron», pero en general «no vinieron a llevarse nada ni a quedarse con nada, al contrario, gastan y dejan aquí lo que ganan. De hecho, levantaron la tesorería y el campo lo mantuvieron en la década anterior, cuando nadie quería trabajar en él; luego tuvieron que dejarlo cuando la construcción se vino abajo y esa mano de obra regresó al campo», cuenta la presidenta de la oenegé.

PROCEDENCIA / Badajoz acogió antes de la crisis a personas del «Este de Europa -Bulgaria, Rumania, Rusia, Ucrania--, de Bolivia, pocos subsaharianos, algunos de Senegal, sobre todo mujeres, y más saharauis, para recuperar la nacionalidad española». Ahora llegan «sobre todo cubanos, por la apertura del régimen, algunos de Venezuela huyendo del hambre; de Salvador, Honduras, también de Nicaragua», indica Gemio.

La asociación recibe a los inmigrantes y refugiados en su sede, el 3 de la calle López Prudencio, y María Gemio, que se reafirma en que «yo no trabajo con datos, trabajo con personas», los acompaña a resolver papeles relativos a residencia, a permisos de trabajo, de atención sanitaria -»la Pascaex, de la Junta, para quienes no tienen seguro médico»--, a buscar ropa, comida y trabajo. Son mujeres sobre todo, «más que hombres; ellas mantienen ahora a la familia porque sus parejas y maridos no encuentran trabajo».

Cuando los llegados buscan asilo, los acompaña a la policía, a Extranjería, «que les gestiona sus solicitudes y regulan estancia temporal para que no tengan problemas».

SUSTENTO / Hay inmigrantes que vienen «por el sustento, otros huyen de la violencia en sus países, muchas mujeres vienen con sus hijos para que no caigan en manos de las pandillas que rigen en los barrios donde viven». La mayoría, señala Gemio, llega sin documentos y todos buscan trabajo para mantenerse ellos y ayudar a sus familias; «ahora son sobre todo mujeres, que suelen emplearse en labores del hogar y cuidado de personas mayores».

Hay personas de todas las edades «y muchos vienen formados, pero no pueden ejercer sus profesiones, así que tenemos médicos, enfermeros, ingenieros o maestras realizando tareas de hogar y de cuidado a persona».

No obstante, «las mujeres que vienen con niños están encantadas con tener escuela y sanidad gratuita, y las embarazadas».

Sobre épocas en que hubo cierta persecución de inmigrantes sin papeles, Gemio señala que «la situación hoy es muy distinta, nada tiene que ver con aquello; la mayoría de los que vienen sin papeles cuando están aquí los consiguen y a los que piden asilo se les solicita documentos como refugiados».

CAPTACIÓN DE SOCIOS / La asociación busca ahora socios españoles «porque pueden aportar no solo pequeñas ayudas económicas con la cuota de 5 euros, sino también apoyo y amistad, compartir su cultura y favorecer las relaciones haciendo que conozcan su forma de vida», según su presidenta.

El colectivo estudia organizar un festival para obtener fondos con los que mantener la asociación, pues «ahora solo nos ayuda el ayuntamiento». Y recuerda que se puede les contactar a través del 924222125 y 683545328».