Ha fallecido Luis Pla Ortiz de Urbina. Los medios de comunicación han dado la noticia de su muerte resaltando dos hechos que marcaron su vida: Ser una víctima muy simbólica de la Guerra Civil y de la masacre de Badajoz y su compromiso, especialmente en los últimos años, con la recuperación de la memoria histórica. Aunque para muchos estas facetas de Luis Pla eran las únicas conocidas por ellos, reducir su enorme personalidad, complejidad y vitalidad a estos aspectos, es ignorar su gran aportación y ejemplaridad para la ciudad.

Luis Pla era mucho más que su simbología política. Era un hombre de familia, desde donde con su inseparable mujer sacaron adelante una familia de seis hijos superando algunas dificultades muy traumáticas y dejando con su amplia saga un gran legado para la ciudad. Ha sido un ingeniero y empresario muy representativo en Badajoz, que ha liderado durante años los Garajes Pla, dejando en el edificio que hoy ocupa el Colegio de Abogados uno de los símbolos de la arquitectura comercial de Badajoz del siglo XX.

Luis Pla ha sido un activista del tejido social de la ciudad. En los años setenta promovió con su amigo Luis Miguel Fernández Chiralt, entre otros, la creación de APROSUBA, obra que sigue en plena actividad con muchas realizaciones a sus espaldas. Tras su jubilación, con su amigo Manuel Fernández Meleno, estuvieron muy activos en los problemas de Badajoz mediante la Asociación de Amigos de los Castillos y el Centro de Iniciativas Turísticas (CIT), con las que contribuyeron al mayor impulso que se ha dado para la recuperación del Casco Antiguo de Badajoz. Y en esta línea quisiera destacar los muchos artículos, bocetos y planos que desarrolló desde los años setenta para promover le rehabilitación del Campillo, que desgraciadamente 40 años después seguimos debatiéndolo y sin haberlo iniciado.

Se podría escribir mucho sobre otras facetas de su personalidad, aspectos emocionales y entrañables y otros simplemente descriptivos de su legado. Ya no podremos seguir disfrutando de su conversación y amabilidad, pero la ciudad seguirá disfrutando de su obra, por ello no puede ser más acertado que el Alcalde de Badajoz haya ya propuesto que una calle de la ciudad lleve su nombre para que en el futuro pueda perdurar su recuerdo.