El mal tiempo y las constantes nevadas que han caído sobre la zona, en la que el viernes pasado se estrelló un avión F-5 procedente de la base de Talavera la Real, están complicando la investigación sobre las causas del siniestro, ya que la presencia de nieve e hielo dificulta el acceso a algunos puntos, según la información ofrecida ayer a EL PERIODICO desde la base aérea. Estas mismas fuentes señalaron que todavía es muy pronto para conocer el origen de la colisión y que todavía están recabando datos.

El accidente tuvo lugar en una zona agreste de una finca cercana a la localidad pacense de Burguillos del Cerro y en él perdieron la vida los dos ocupantes del avión: el capitán instructor, de 31 años, y el alumno alférez, de 24.