La historia se repite. La obligación de retirar los veladores a las siete de la tarde para que las máquinas de FCC procedieran a limpiar las calles volvió a generar quejas entre los hosteleros y clientes del Casco Antiguo, que ayer vivió su primera jornada de la Feria de Día.

A pocos minutos de las siete de la tarde, la hora fijada en el bando municipal para desalojar la vía pública de meses y sillas, los veladores de la plaza de España estaban al completo mientras actuaba un coro rociero. "Es una injusticia, estamos pagando todo el año la tasa de veladores y ahora, cuando podemos hacer un poco más de caja, nos obligan a quitarlos", criticó Ricardo García, de Horno Casero, que tuvo que retirar sus nueve mesas, todas ocupadas. Este hostelero explicaba que una vez que se levanta a los clientes, la mayoría se marcha a otro lado o al ferial, por lo que el perjuicio para los bares del centro es de cientos de euros.

También se quejaba amargamente Carlos Durán, de la cervecería Pepe Jerez. En su caso, tuvo que retirar doce veladores, todos con clientes consumiendo en ese momento. "Es una vergüenza. Estás todo el año luchando para tener días como estos y la administración nos los arruina", denunció. "Cuando le dices a la gente que se tiene que levantar, pide la cuenta sobre la marcha y ya no vuelve", aseguraba.

Igual que los hosteleros, los clientes tampoco ocultaban su malestar por tener que abandonar los veladores a las siete de la tarde. "Si quieren echarnos al ferial, que sepan que nosotros decidimos donde vamos", decía una clienta enfadada.

La presencia de la policía local para comprobar que se daba cumplimiento al bando también era motivo de crítica para algunos clientes. En algunos casos, los agentes tuvieron que recordar a los hosteleros que era la hora de que las máquinas de FCC limpiasen las calles, en otros, como en la calle Muñoz Torrero, se adelantaron y antes de las siete ya tenían recogidos los veladores. "Es una faena", lamentó Antonio Domínguez, del bar La Parrilla, quien defendió que entendía la necesidad de limpiar la calle, pero que son los propios hosteleros los que, como siempre, deberían hacerlo sin que se les impusiera un horario.

Para los que sacaron barras a la calle el horario establecido es "una poca vergüenza". "La gente come tarde y empieza a tomar las copas a las seis de la tarde, si hay una máquina mojándote los pies, el 50% de los clientes se va", explicaba un empresario.

Todos los hosteleros consultados coincidieron en que esta norma tiene como objetivo que el público se marche al ferial de Caya. "Cada vez nos ponen más trabas para la Feria de Día", comentaban, al mismo tiempo que algunos reconocían que la "presión" de los vecinos por los ruidos también influía en las restricciones. "Entendemos que haya quien se pueda quejar puntualmente y durante el año se puede tratar de llegar a un acuerdo, pero hay fiestas como la feria, los Carnavales o Navidad que el ayuntamiento debería defender", argumentaba uno de ellos.

BUEN AMBIENTE En cuanto al ambiente, los hosteleros señalaron que, aunque no se asemeja al de los años en los que "casi no se podía andar por las calles", la Feria de Día mantiene su público y son jornadas en lss que el volumen de actividad se multiplica. "Ya no es lo que era, pero el primer día ha estado animado", coincidieron.

Por la noche se preveía una afluencia importante de público al ferial de Caya, donde el viernes, día de la inauguración de la Feria de San Juan, no se registraron incidentes reseñables. Cruz Roja realizó una docena de asistencias, solo una de ellas por ingesta masiva de alcohol. Hoy, el auditorio del recinto ferial acogerá el espectáculo infantil Peter Pan y Campanilla (a las 21.00 horas).