El baluarte de Trinidad vuelve a presentar síntomas de abandono, que aunque desde la acera de la avenida son apenas perceptibles, se comprueban al subir a la parte superior, donde la maleza ha crecido sin control entre los recovecos, alcanzando hasta un metro de altura en algunos vértices. En el muro superior izquierdo ha crecido incluso una frondosa higuera que ya es arbusto y en la parte de abajo, junto a los restos de la muralla medieval, en un rincón, permanecen amontonados restos de basura y papeles, que proyectan una imagen muy negativa de un monumento cuya rehabilitación, que se inauguró en febrero del año pasado, costó un millón de euros.

Desde entonces, distintos colectivos han denunciado su estado de abandono, que en algunos momentos ha dado lugar a la acumulación de basura, heces y restos de botellón. En octubre incluso sufrió pintadas, que afectaron especialmente a las paredes de la muralla vieja.