No tenemos por qué aceptar las circunstancias que nos rodean con resignación, tal como son y sin capacidad de cambio. Es verdad que hoy día la sociedad tiene un concepto efímero de la vida y no motiva cambiar el entorno. Muchos jóvenes si no están a gusto con las circunstancias directamente se van buscando mejores oportunidades. Los que leímos de jóvenes a Ortega y Gasset sabemos que la frase «yo soy yo y mis circunstancias» continúa diciendo «y si no salvo mis circunstancias no me salvaré yo».

Crecimos humana e intelectualmente con la sensación y la responsabilidad de que podemos mejorar nuestro entorno y nuestras circunstancias. Mal panorama tenemos en la actualidad en Extremadura, los últimos datos nos pueden hundir en la depresión invitándonos a salir corriendo, o bien nos deben motivar a que no tenemos más remedio que cambiar de camino o la región caer por el precipicio.

Ayer el INE hacía público los últimos datos de población regional del primer semestre de 2019. Extremadura es la región que proporcionalmente más población pierde de España. Tiene en el semestre un saldo vegetativo negativo de 2.303 personas a las que se suma el saldo migratorio negativo interior de 1.283 habitantes que es el peor de España, y somos también la región con menor capacidad de atraer extranjeros.

El viernes pasado se publicaron los datos de afiliación a la seguridad social. España, a pesar del frenazo en la creación de empleo, crecían en 2019 las afiliaciones a la Seguridad Social un 2,2 por ciento sumando 384.373 empleos más en el año. Extremadura era la única región de España con pérdida de afiliación, con 658 afiliados menos, y perdían las dos provincias, que junto a Jaén y Ciudad Real eran las únicas cuatro provincias de España que bajaban.

El 21 de diciembre el INE publicaba los datos definitivos del PIB de 2018. Extremadura seguía estando a la cola del PIB per cápita español, más o menos estamos un 30 por ciento por debajo del español y un 40 por ciento por debajo de la media europea. Pero lo grave es que crecemos por debajo de la media. España creció un 2,4, la UE un 2 y Extremadura un 1,9 por ciento.

Contradiciendo a Serrat, es muy triste la verdad, pero lo que sí tiene es remedio.