"Quiero mandar una policía local que tenga a gala ser policía". Con estas palabras comenzó su mandato Manuel Murillo como superintendente de la Policía Local de Badajoz, como recordó ayer su hijo, "cuando contaba 39 años y tres hijos", según manifestó en el homenaje póstumo que se rindió a su padre, con el descubrimiento de una placa que da nombre a una calle de El Cuartón del Cortijo.

Asistieron la viuda, Julia de Salas, los hijos, el alcalde de la ciudad, Francisco Javier Fragoso; el concejal Alberto Astorga y el superintendente actual del cuerpo, Antonio Nogales, así como numerosos miembros del cuerpo y vecinos de la ciudad.

Manuel Murillo, como señalaron los intervinientes en el acto, "fue muy innovador y creó el germen de lo que es hoy la policía local", a la, según Fragoso, "dignificó con su dedicación y esfuerzo". Entre otras cosas, fue quien puso en marcha el 092, la Brigada Verde y la Unidad Canina, que funcionó con cinco perros.

De Murillo recordaron, no solo su labor policial, sino su forma de ejercer de pacense, su faceta humana y que se implicase en la vida ciudadana en ámbitos tan distintos como el tenis, deporte en el que formó a muchos jóvenes, baloncesto, fue campeón de tiro de Extremadura, o la música, pues presidió la Asociación de Arte Flamenco, entre otras actividades.