Extremadura Business School (EBS) reunió ayer en Badajoz a dos exministros, Manuel Pimentel, titular de Trabajo y Asuntos Sociales con Aznar, y Jordi Sevilla, responsable de la cartera de Administraciones Públicas entre el 2004 y el 2007 con Zapatero, para analizar ante casi un centenar de empresarios y directivos la situación económica de la región y ofrecer nuevas pautas para afrontar el futuro, ante el que ambos se mostraron optimistas. Antes de su cara a cara y de responder a las preguntas de los asistentes, avanzaron algunas claves en una entrevista conjunta.

--¿Qué análisis hacen de la situación económica actual?

-- Jordi Sevilla (J. S.): Lo peor de la crisis económica ha pasado, y ahora nos queda lo malo: ser capaces de encontrar un camino de recuperación de la actividad que permita volver a crear empleo, y eso aún está un poco lejos en perspectiva temporal. También es importante ser conscientes de que no vamos a volver al punto de partida, que el futuro no va a ser como el ayer y que tendremos que buscar en torno al talento y el valor añadido una manera de producir, de distribuir y de vivir distinta y más sostenible de la que hemos llevado hasta ahora.

-- Manuel Pimentel (M. P.): El 2010 va a ser todavía un año duro, aunque empezaremos a tener algunos síntomas de recuperación en la actividad económica. Pero será duro para el empleo, porque el crecimiento económico no va a ser suficiente, existe mucho desánimo y hay una reforma laboral pendiente, que pospone la contratación. El cambio de modelo que tenemos que hacer todos determinará si salimos de la crisis por inercia y arrastrados o salimos con empuje y fuerza.

--¿Cuáles son esos signos de recuperación y cómo deben interpretarlos los empresarios?

--M. P. El PIB ha tenido una caída muy brusca, aunque no tanto como Europa, lo que demuestra que no solo éramos construcción sino algo más, pero ya empieza a tener síntomas de que va a ponerse en cero o positivo este trimestre o el que viene y eso es un signo de que algo está cambiando. Algunos sectores serán buenos el próximo año, como el del turismo y el agroalimentario. Tras una etapa de pánico en la que lo hemos visto todo negro, empezaremos a ver algunas lucecitas que nos irán animando. Si a eso se uniera una acción económica solvente que llevara optimismo y confianza, que desgraciadamente no hemos visto hasta ahora, la recuperación se aceleraría mucho.

--J. S.: Hay una recuperación estadística y eso da un signo de optimismo. Pero, salvo en las exportaciones y el turismo extranjero, no acabo de ver los motores de crecimiento este año. Creo que el consumo de las familias va a estar muy estancando, seguiremos arrastrando una sequía crediticia muy importante y la acción pública está siendo desde mi punto de vista contradictoria. Es decir, uno no acaba de saber si el mensaje predominante es mantener los signos de apoyo a la economía y a la recuperación o iniciar la lucha contra el déficit público recortando el gasto y subiendo los impuestos. Nos vamos a situar en un año que razonablemente podremos terminar en términos positivos, aunque totalmente insuficiente para absorber el desempleo que hemos generado. Si no hacemos nada más, especialmente en el mercado laboral, al ritmo de creación de empleo experimentado por la economía española en los últimos años, podemos tardar una década en volver a las tasas de paro de antes de la crisis.

--¿Extremadura partirá con ventaja tras la crisis con respecto a otras autonomías?

-- J. S.: La salida de la crisis nos va a llevar a un modelo de crecimiento en el que lo importante no va a ser tanto la cantidad como la calidad, y no tanto el precio sino el valor añadido. Será hacer mejor las cosas, y eso tiene mucho que ver con las nuevas tecnologías, con la apuesta por la innovación y por el talento, donde desde luego Extremadura está muy bien colocada.

-- M. P.: He visto, como andaluz, que siempre competíamos en puestos de cola, y Extremadura está ya repuntando en renta y comunidades muy activas como Valencia o Murcia están con tasas de desempleo superiores. Esto y la apuesta universitaria por el talento están generando un clima social mucho más positivo que en otros lugares. Es decir, el grado de unanimidad de los agentes económicos, de las instituciones, está mucho más por sacar proyectos que por dificultarlos; más que por animar que por hundir... y este tipo de discurso colectivo es un patrimonio fundamental. Creo que Extremadura seguirá teniendo un crecimiento importante y puede ser una región que sorprenda.

--La Ley de Economía Sostenible: una solución o una carta a los Reyes Magos.

-- M. P. Tiene un poco de ambas, pero en general no va mal orientada. La única crítica es que puede haber frustrado expectativas, porque no será el detonante de un cambio de modelo. Son una serie de medidas que en su conjunto son positivas, pero algunas son dispersas y con una utilidad a corto plazo escasa.

--J. S. La música es buena y la letra mejorable, y espero que así se haga en el proceso de tramitación y en el debate con los interlocutores sociales. Es una ley que aborda un problema que ningún Estado solo puede resolver sin la complicidad de los agentes sociales y los empresarios. Es oportuno que haya abierto el debate y espero que entre todos podamos mejorar su contenido, teniendo muy claro que una ley es importante para ayudar a cambiar un modelo económico, pero que éste no se cambia por una ley.

--¿Por qué debe tener el empresariado tan presente el talento?

-- J. S. El talento para mí es hacer las cosas mejor que como se hacen habitualmente. Esa es una responsabilidad que tiene que ver con cada uno de nosotros y desde la función empresarial se tiene que primar la inquietud y la imaginación, especialmente en estos momentos.

--M. P. El talento se puede aplicar a nuevos sectores, pero también es muy importante aplicarlo a los tradicionales. Si tuviéramos la suerte de hacer las reformas oportunas y sembrar el discurso del talento y del esfuerzo creo que saldríamos reforzados de esta crisis económica.