NACIMIENTO LEON, 1953

FORMACION LICENCIADO EN CIENCIAS DE LA INFORMACION

PROFESION FUTBOLISTA

DEDICACION ESCRITOR, EMPRESARIO, EDITOR

Manuel Vicente González llegó en 1979 para jugar en el Badajoz, procedente del Madrid amateur, el Castilla y el Getafe, y en él que triunfó, por lo que fue bautizado como Cerebro. Casado, padre de tres hijos, empresario y editor, sus vecinos de la margen derecha le acaban de distinguir y desde que ganó el Premio de la Prensa ejerce como escritor. Las voces apagadas es su última obra.

-- ¿Cómo llegó a Badajoz?

-- A jugar al fútbol, mi profesión. Vine por un año y llevo 25.

-- ¿Y lo de Cerebro?

-- Fue García Calderón; en esto, al que organiza el juego le llaman Cerebro, y con eso me quedé. En León también me lo llaman desde entonces.

-- Donde hay más nostalgia, en la niñez o en la literatura?

-- La nostalgia es por la niñez. Las voces apagadas es un ejemplo de nostalgia, más que de melancolía, referida a lo perdido y que sólo existe en la memoria. Leí a Saramago que la memoria es una caja fuerte que guardamos lo sucedido y podemos abrirla para revivirlo. Todos deberíamos escribir de nuestra niñez para quienes nos rodean.

-- ¿León, la otra ciudad?

-- La que uno tiene viva en la niñez. La echo de menos, la necesito. Como si me fuera de Badajoz la echaría de menos también. Uno conserva todo lo que ha pasado en la vida. Aquí me han ocurrido cosas importantísimas, me hice escritor y nací a la literatura.

-- ¿Qué pasa en 25 años?

-- Depende. A mí me cogió mi juventud, de los 25 a los 50 se fragua todo lo que puede acontecer. Pero queda mucho por hacer, mucho que leer, mucho que escribir, carpe diem .