Dos furgones de la Policía Nacional continuaban ayer por la tarde en las traseras del hotel Río vigilando las tareas de derribo y desalojo de la explotación ganadera situada junto al puente Nuevo. Los técnicos de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) procedieron por la mañana a ocupar este terreno de 5.000 metros cuadrados que fue expropiado en el 2009 y por el que su propietario ha estado litigando en distintas instancias judiciales desde entonces en defensa de sus intereses. La Confederación ofreció inicialmente más de 300.000 euros al dueño de la parcela, Francisco Peranilla, que recurrió al Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (TSJEx) y ha obtenido 600.000 euros, que ya le han pagado, según confirmó ayer la CHG. Sin embargo, Peranilla aspira aún a conseguir otros 307.000 en concepto de daños y perjuicios por la explotación ganadera.

Según el director técnico de la CHG, José Martínez, desde el día 4 de febrero sabía el afectado (no aceptó la notificación pero se levantó acta firmada por funcionarios) que el día 27 se presentarían las máquinas con la sentencia del Juzgado número 2 de lo Contencioso Administrativo de Badajoz autorizando la entrada en la parcela. El propietario era conocedor "y de hecho estaba aquí esperándonos". Los técnicos llegaron sobre las diez de la mañana y fueron auxiliados por la Policía Nacional. Aunque se vivieron momentos de tensión y de nerviosismo, los agentes no tuvieron que actuar y la ocupación se desarrolló sin conflictos. En ese momento seguían en la parcela cuatro vacas y dos terneros, que el propietario no podía trasladar porque no le había llegado el permiso de Sanidad y allí continuaban ayer por la tarde, aunque ya se habían derribado las cuadras. La vivienda será demolida hoy, después de que una empresa especializada retire la uralita del tejado.

La parcela ahora ocupada partía en dos el área de actuación en el parque de la margen derecha que contempla el proyecto de la CHG en el río e impedía dar continuidad a las redes de riego, conducciones eléctricas, caminos e infraestructuras como la valla perimetral, lo que según la Confederación estaba suponiendo un retraso en la ejecución de las obras con el consiguiente aumento de los costes y de los plazos. "Sí ha perjudicado a la obra", reconoció José Martínez, quien defendió que era necesario ocupar esta parcela para continuar los trabajos. Aún así se mostró optimista: "lo que bien termina, bien acaba", dijo. Ahora solo queda pendiente otra parcela junto al puente Viejo, para la que ya disponen de la autorización judicial.

Pero para Francisco Peranilla la lucha no ha terminado. Ya le derribaron otra casa en la parcela en octubre del 2011 y aún sigue en pleitos por aquello. "A mí me pagan por la explotación ganadera y me voy", recalcó mientras se preguntaba qué iba a hacer con las vacas, pues no tiene dónde dejarlas. "No sé qué voy a hacer para ordeñarlas y echarles de comer". Ha llegado a tener más de veinte en esta explotación que inició su padre y en la que él lleva 60 años.