Eran las diez de la mañana cuando los técnicos de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) y las máquinas de la obra del río llegaban a la parcela situada en las traseras del hotel Río para proceder a su ocupación. Los estaba esperando el hasta ahora propietario con sus familiares, que no pudieron oponer resistencia aunque no podían ocultar su nerviosismo. Varios coches del Cuerpo Nacional de Policía acompañaron a las máquinas para que la ocupación se llevase a efecto y empezasen los derribos. El afectado ha intentado hasta el último preservar su propiedad, por la que ya ha percibido el dinero de la expropiación pero está a la espera de que se resuelva el recurso por los daños y perjuicios que defiende que se le han causado por quedarse sin la explotación ganadera. En la parcela aún siguen media docena de vacas y el problema de esta mañana era qué hacer con los animales, pues el dueño no tenía la orden de la Sanidad que permite moverlas y los técnicos de la CHG aducen que ha tenido tres años para hacerlo, por lo que si no se llevaba las vacas, se quedarían sueltas y la CHG daría parte al Seprona. Con esta ocupación, ya solo queda pendiente otra pequeña explotación junto al Puente Viejo, para la que ya existe orden de ocupación.