Los últimos episodios violentos que se han producido en el Gurugú, Los Colorines y otros barrios colindantes --como el amotinamiento de un centenar de vecinos las fuerzas de seguridad o el tiroteo entre dos familias esa misma zona y la avenida Padre Tacoronte-- han incrementado el temor de los vecinos, que desde hace tiempo han venido quejándose sobre la falta de seguridad.

Ricardo Cabezas, presidente vecinal del Gurugú y portavoz de los Colectivos de la Margen Derecha del Guadiana, afirmó que existe un sentimiento de "inseguridad total y absoluta, que no quepa duda" y reclamó un plan de choque: una intervención policial contundente, que se materialice en una mayor presencia de las fuerzas de seguridad en estas barriadas y en un control de "la droga que entra y sale de la zona, porque ahora se pasea por aquí como periquillo el de los palotes".

En este sentido, denunció la existencia de establecimientos "que son una tapadera" y clanes que impiden una convivencia tranquila a los vecinos. Asimismo, aseguró que Los Colorines "son una bomba de relojería, porque hay armas a punta pala".

DENUNCIAS Cabezas recordó que ha denunciado esta situación "por activa y por pasiva" y que ya advirtió de que algún día "iba a ocurrir lo que ha ocurrido. Y menos mal que no hubo ninguna desgracia personal; si hubiera sido así otro gallo cantaría", comentó el representante vecinal, quien acusó a las autoridades de "no hacer nada mientras no pasen cosas de este tipo".

Aunque los últimos acontecimientos se han desarrollado en el Gurugú, Los Colorines y El Progreso, escenarios del motín vecinal y el enfrentamiento con armas de fuego, esta situación influye y afecta a todos los colectivos de la margen derecha. Cabezas insistió en la demanda que las barriadas de esta parte de la ciudad llevan años reivindicando: la creación de una comisaría de Policía de Barrio, pues en su opinión, todo lo que sea presencia física de la policía va en beneficio de la seguridad ciudadana".

Cabezas señaló que la delegada del Gobierno, en una reunión, "nos dijo que iba a aumentar el número de efectivos y a hacer un control más intenso del tráfico de drogas". A juicio de Cabezas, este compromiso, "nos da esperanzas" para devolver la seguridad a la zona.