TTtira de ironía el alcalde de Badajoz, Francisco Javier Fragoso, cada vez que se refiere a las numerosas bajas por enfermedad que los agentes de la policía local presentan últimamente coincidiendo con eventos multitudinarios en la ciudad. Y sospecho que lo hace como recurso para no decir lo que realmente piensa. Incluso la sorna que emplea Fragoso podría ser divertida si no fuera por la gravedad que está adquiriendo el conflicto que mantienen los policías locales y el ayuntamiento.

Los agentes denuncian el retraso de dos años en el cobro de servicios extraordinarios y casualmente en las tres últimas celebraciones que reúnen a numeroso público en Badajoz, como son Carnavales, la Maratón y Los Palomos, muchos policías locales han faltado a su puesto de trabajo aludiendo problemas de salud. Bajas médicas oportunamente firmadas por facultativos. El alcalde de Badajoz sospecha que debe ser una "pandemia". El resto intuimos que se trata de una forma de protesta laboral de los agentes. A quien le competa tiene que aclararlo. Por supuesto que todos los trabajadores tienen derecho a reclamar aquello que crean que les pertenece, pero afortunadamente hoy en día hay otras formas de hacerlo sin poner en peligro al resto de vecinos. La policía local se encarga de velar por la seguridad de los ciudadanos, no de convertirlos en rehenes de una situación en la que nada pueden hacer. Pierden la razón y los sindicatos deberían ser los primeros en aconsejarles.

La solución al problema no es fácil. Las plantillas de los policías locales, al igual que otras muchas, son escasas; y las administraciones no están boyantes. Esa mezcla aderezada con un poquito de electoralismo hace que entre todos estén poniendo en peligro un servicio esencial para la ciudad.