Qué buscan los turistas que visitan Marruecos? Es una incógnita. Quizás precios baratos. En el nivel del máximo lujo y en el ‘popular’. Me resulta curioso: las clases pudientes marroquíes vienen a pasar sus vacaciones a la Costa del Sol. Ahí donde, para ellos, se acaba España. No les hables de otra cosa. ¿Y nosotros? ¿Qué nos atrae del país vecino? ¿El exotismo? ¿La sensación de superioridad que a ellos les irrita? ¿Los zocos? Habría mucho que discutir sobre el concepto de lo exótico. Generalmente es un sentimiento que, en el mundo actual, emana del colonialismo -léanse a Edward Said-. De los zocos no me hablen. En un mundo globalizado lo que se vende allí, y aquí, proviene de China, la India, Thailandia, etc. Y también nuestros mercadillos -incluyan al de Badajoz- lucen esa mezcla de subdesarrollo, costra, precio más barato y una pizca de gracia. Si algo diferencia a unos y otros es el paisaje urbano. Poco más. Y ¿qué decir del turismo cultural? ¿Qué visitan los viajeros cuando van a Marruecos? Pues se pasan el día de un sitio a otro, raramente acuden a museos. Sobre todo porque casi nos los hay. El Arqueológico de Rabat, con unos fondos excepcionales, está costroso, mal expuesto y peor conservado. ¿Quien ha conseguido entrar en alguna de las casas burguesas de Fez? El de Tánger, muy pequeño, lo montó la Junta de Andalucía. Casablanca tiene uno solo, privado, dedicado a las comunidades judías del país. El reciente de Arte Contemporáneo en Rabat: un tributo a la apariencia. Y qué decir de los monumentos. Nadie, salvo los musulmanes, puede entrar en las mezquitas del Reino. No es cierto que sea por prescripción religiosa. Otros países islámicos lo permiten -Turquía- con las mismas normas de respeto que, por ejemplo, se usan en las catedrales de Toledo o Barcelona. Lo mejor del patrimonio marroquí permanece oculto.

No pretendo evitar que se visite Marruecos. Ni mucho menos. Cuento esto para que comparen con Badajoz. ¿Qué puede visitar un turista aquí?: ¿la Catedral?, ¿El Museo Arqueológico por la tarde? ¿La Torre de la Atalaya? ¿Los restos de la mezquita más antigua de la ciudad, sábados y domingos? ¿Somos tan distintos en la explotación turística de nuestro patrimonio?