Cuando un niño es ingresado en un hospital se siente angustiado y desconcertado, "tiene miedo, todo le resulta desconocido, por eso agradece mucho encontrar allí a un maestro y un aula con libros y ordenadores, un espacio que le resulta familiar y que le tranquiliza", según explica el profesor Manuel Guillén, educador especialista en Pedagogía Terapéutica que dirige el Aula Hospitalaria del Infanta Cristina.

A lo largo del curso escolar muchos niños sufren, por diversas causas, trastornos físicos, enfermedades o traumatismos, que les obligan a ser hospitalizados. Su ingreso en un centro hospitalario suele impedir el normal desarrollo del curso escolar, llegando, incluso, si su convalecencia es muy larga, a provocar graves retrasos escolares. Para corregir esto existen las Aulas Hospitalarias, creadas en su momento por el Ministerio de Educación con el fin de atender el derecho que todo niño tiene a recibir una educación.

Por las aulas hospitalarias del Area de Salud Badajoz, dos de ellas ubicadas en el Hospital Materno Infantil de la capital pacense y otra en el Hospital Infanta Cristina, -todas ellas gestionadas por la Consejería de Educación-, pasaron el pasado curso escolar un total de 1.233 menores hospitalizados, 725 niños y 508 niñas. La mayoría, 907, fueron atendidos en las aulas del Hospital Materno Infantil y el resto recibieron apoyo escolar en el Hospital Infanta Cristina.

CORTA ESTANCIA El 92% del alumnado de estas aulas fue de corta hospitalización, ya que no superó los 15 días de ingreso en el centro, mientras que un 5,5% fue de hospitalización media, es decir, que estuvieron entre 15 y 30 días. Sólo el 2,5% de los niños tuvieron una larga hospitalización y pasaron más de un mes en los centros del Complejo Hospitalario Infanta Cristina.

Manuel Guillén recibe cada mañana el informe de los nuevos pacientes pediátricos que son ingresados en el hospital. A partir de ese momento ese niño se convierte en su alumno y empieza a proporcionarle una atención educativa con el fin de asegurar la continuidad del proceso de aprendizaje.

A pesar de ello, el menor hospitalizado mantiene su escolarización, a efectos de evaluación y promoción, en su centro escolar, donde está matriculado. Por ello, los profesores de las aulas hospitalarias se ponen en contacto con el tutor de los niños con el fin de obtener información sobre el nivel del alumno.

Según Manuel Guillén, se trabaja en tres ámbitos: el psicológico, el curricular, y el social. "Es necesario conseguir que la estancia del niño sea lo más agradable posible y que su angustia disminuya, ya que el ingreso provoca, en la mayoría de los casos, situaciones de ansiedad, estrés, y miedo". Para ello se busca su adaptación y su normalización, enseñandole el hospital y haciendo que conozca al personal, "tanto la terminología como los nombres de las personas que trabajan allí, con esto se consigue que se familiarice con el lugar".

También se intenta que "no pierda el contacto con los otros niños, por lo que se favorece la relación entre los niños hospitalizados".

NUEVAS TECNOLOGIAS También en esto desempeñan un papel importante las nuevas tecnologías, según este profesor, ya que los niños, sobre todo los de larga estancia, "pueden comunicarse a través del correo electrónico con su centro escolar, con sus amigos o con otros niños hospitalizados en otros puntos de España".

En estas aulas se ha implantado el programa Aplicación de las Tecnologías de la Comunicación a la Atención Educativa de los Menores Enfermos, a raíz del convenio que suscribieron en el 2001, la Consejería de Educación y la Fundación La Caixa.

El aula del Infanta Cristina se encuentra en la tercera planta, mientras que las unidades del Materno Infantil ocupan un espacio de la séptima planta, en una zona de usos comunes. Estas aulas, por sus especiales características "son un espacio abierto y flexible, al que los niños pueden acudir libremente". .