Eran las siete de la mañana cuando los cocineros y miembros de la Asociación Migas Solidarias Extremeñas descargaban los productos y utensilios con los que no dejaron de preparar el plato tradicional de invierno más popular de la región, las migas, una labor que realizaron en el paseo de San Francisco hasta después de las tres de la tarde, cuando nadie más se acercó a recoger su ración --también para celiacos-- con café, cacao, zumo o vino, a cambio de un donativo de dos euros.

Era la séptima edición de este encuentro gastronómico de invierno, en el que todos los productos forman parte de la despensa extremeña de alta calidad, y con su sello de identidad: la solidaridad. Las migas solidarias se vienen celebrando para recaudar fondos para la Fundación Banco de Alimentos, «mientras haya personas que lo necesiten», manifestó el cocinero Javier García, uno de los promotores del encuentro, que ayer dio de desayunar a más de 2.300 personas.

Entre los participantes se encontraban numerosos jóvenes de grupos Scouts, que además organizaron actividades infantiles. También el bibliotecario de Barcarrota, Juanma González, volvió con su cuenta cuentos, y el cortador de Jamón Pepe Alba, que agotó los dos que se llevaron para acompañar las migas, e impartió una clase maestra sobre cómo identificar, diferenciar, cortar y degustar el producto culmen del ibérico, en directo y sin dejar de «limpiar» la pata de cerdo que tenía sobre la mesa.

También pasaron entre el público algunos representantes políticos como el alcalde de la ciudad, Francisco Javier Fragoso; el portavoz socialista, Ricardo Cabezas, y otros concejales, además de la vicepresidenta de la diputación y alcaldesa de Jerez, que volvió de Fitur para estar presente, Virginia Borrallo, así como los populares Juan Antonio Monago, Hernández Carrón o Consuelo Rodríguez Píriz, entre otros.

Alba destacó «la solidaridad y civismo de los asistentes, que además de colaborar, aguantaron estoicamente las colas toda la mañana, aunque eso sí con un tiempo estupendo».