Un matrimonio de personas mayores y su hija de 24 años volvieron al edificio hace tres meses, pues no se podían permitir pagar los 370 euros de alquiler que les exigían en el nuevo piso. La esposa afirma que las dificultades no solo están en el dinero, sino que sus problemas de espalda le han traído de nuevo a esta vivienda en una primera planta donde han vivido siempre.

Son los únicos que viven en este bloque y afirman que continúan a las espera de una solución, pero de momento no quieren moverse de la que fue su casa durante 40 años.

Señalan que las grietas vienen de varios pisos más arriba, pero el suyo continúa intacto. Este matrimonio ha abandonado dos veces el edificio, pero ha vuelto a los pocos meses y sabe que regresarán muchos vecinos más. Ellos mismos mantienen limpio el bloque a base de agua y lejía, "pues de otro modo sería imposible vivir aquí", aseguran.