El pasado viernes el alcalde Miguel Celdrán recibió en el salón de plenos del ayuntamiento a los presidentes de los centros de mayores de la ciudad. Estaban el alcalde y la concejala de Mayores, Rosario Gómez de la Peña, pero no había nadie de la oposición porque no habían sido invitados. Estos presidentes podrán contar que pudieron saludar a Celdrán, no que estuvieron con la corporación municipal. Lo mismo ocurrió en la inauguración de Al-Mossassa y en una sucesión de actos en los que, según denuncia la oposición, el equipo de gobierno no cuenta con ellos porque se basta y se sobra con su mayoría absoluta. Pero aún hay más, dicen también los integrantes de los partidos que no mandan que llegan al ayuntamiento invitaciones de distintos colectivos, que hacen extensivas a todos los miembros de la corporación, pero que luego no se remiten a la oposición, con lo cual no se enteran y en algunas ocasiones los anfitriones les han reprochado su ausencia. No sé si existe alguna norma que obligue al equipo de gobierno a contar con la oposición en estos temas, pero aunque solo fuese por dar ejemplo de actitud democrática, debería mostrar más generosidad.