La mayoría de los palacios de congresos llevan el nombre de la ciudad donde se ubican como seña de identidad y las instalaciones no se han dedicado a ningún personaje a modo de homenaje, salvo alguna excepción, como el Palacio de Congresos de Valladolid Conde de Ansúrez. Menos aún se ha generado polémica alguna a la hora de buscar un nombre, como ha ocurrido en Badajoz. Por cercanía, está el ejemplo del flamante Palacio de Congresos de Mérida, llamado así desde el principio.

En esta línea están el Palacio de Congresos de Madrid, Cádiz, Granada, Córdoba, Oviedo, Castellón, Huelva, Málaga y, ya fuera de España, hasta el de Venecia, o el caso de una población como Maspalomas, en Gran Canaria, que también identifica su palacio con su nombre, porque no es el único de la isla.

Algunos, sin embargo, en lugar de llevar el nombre de la ciudad concreta, se denominan como la comunidad en la que se encuentran, como el Palacio de Congresos de Cataluña, en Barcelona; o el de Castilla y León, en Salamanca; el de Galicia en Santiago de Compostela y el de La Rioja, en Logroño, a pesar de que en algunas de estas regiones hay otras ciudades con esta instalación, como La Coruña o Valladolid. Siguiendo este criterio está el Palacio de Congresos de la Costa del Sol, en Torremolinos.

SALAS Como curiosidad, otros palacios han encontrado el nombre propio en su estructura o definición. Así, el Palacio de Congresos de Navarra se denomina Baluarte, porque se encuentra en un antiguo baluarte y el de Zaragoza se llama simplemente Auditorio, igual que el de Palma de Mallorca, denominado Auditorium. En este último ejemplo, sí se han dedicado las salas del palacio a nombres de músicos.

En el caso de Badajoz, al margen del debate político, hay voces que coinciden en que el futuro palacio de congresos debe llamarse como la ciudad. Francisco Pedraja, presidente de la Sociedad Económica de Amigos del País, afirma que este nombre "es el que significa y dice dónde está situado ese palacio y al mismo tiempo es un homenaje a a ciudad". Por su parte Juan Pedro Plaza, presidente de la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo y responsable de Turismo en la diputación, afirma también que hay que apoyar "la marca Badajoz, es lo único que debemos vender". Lo mismo piensa el empresario y portavoz de la Plataforma del Casco Antiguo, Antonio García Salas, quien dice que "hay que defender la marca Badajoz como destino turístico".

Sin embargo, el cronista oficial, Alberto González, afirma que el palacio de congresos debe tener nombre "porque es una manera de aprovechar un centro relevante para darle el nombre de alguien relevante". Su propuesta es que se dedique a Manuel Godoy, "el personaje más significado que ha dado Badajoz en toda su historia".