Para la donostiarra María Berasarte ha sido "un honor y un regalito de la vida" haber coincidido en el cartel con una figura del flamenco como Paco de Lucía, pero seguramente buena parte del público que asistió anoche al primer concierto de Badasom atraído por el guitarrista, percibió como un gran regalo el concierto de la fadista.

Berasarte incluyó en su repertorio canciones de su primer disco, Todas las horas son viejas , dedicado exclusivamente al fado tradicional de Lisboa, y también compartió títulos de su próximo trabajo, el segundo como solista que aún carece de nombre, que acaba de grabar y que se adecuaba al marco de anoche, "por ser un disco muy ibérico, que tiene mucho que ver no solo con el fado, sino que incluye una parte flamenca", comentó antes del concierto. En esta segunda apuesta ha introducido "muchas canciones que estaban rondando en mi vida y que por dedicar exclusivamente el primer disco al fado, no las incluí".

El perfil de esta cantante no deja de ser singular: una española del País Vasco que canta fado y además se hace un hueco entre los intérpretes de primera línea del género por excelencia del país vecino. Sería como si un portugués triunfase en España cantando flamenco. "Digamos que soy como casi una más de la familia --reconoció--, aunque tengo una distancia con el fado porque también me siento muy cantante y no puedo rechazar ni mis raíces ni otras influencias musicales que he tenido a lo largo de mi carrera", manifestó esta joven artista de voz y maneras dulces. Berasarte explicó que en su formación también tienen hueco el clásico, el flamenco, la danza "y todo eso lo llevo dentro". Apuntó que ha recibido muchas influencias: su madre es gallega, tiene antepasados extremeños "y siempre algo tiene que quedar, algo que hace que me acerque a Portugal pero reconociéndome también allí, esa es la clave, cuando uno se reconoce, en este caso en el fado, porque no es que me gustara y fuera a por ello, sino que ha sido involuntario".

Para esta cantante (que anoche dedicó una canción a Carlos Do Carmo, sentado entre el público), su actuación "fue una grandísima oportunidad, porque es un público muy exigente, con un oído hecho al flamenco y que suele recibir muy bien mi trabajo". Terminó con Piensa en mí , de Luz Casal