TEtsta semana he puesto mi nombre, mi firma y mi DNI en un papel en el que la Asociación Nacional de Defensa del Niño en Extremadura (ANDENI) pide la Medalla de Extremadura para Fernando Hernández , el que fuera fundador y presidente de esta asociación durante muchos años y compañero de TVE en Extremadura.

El próximo lunes, día 23, hará siete meses del fallecimiento de un respetado y querido profesional del periodismo, con el que tuve la gran suerte de compartir varios años de trabajo en Mérida; pero sobre todo se cumplen siete meses de la muerte de una persona que trabajó, incansablemente, por sacar de un destino incierto pero seguramente muy jodido a más de 200 niñas chinas, y también algunos niños, que hoy viven, cuidados, queridos y felices, con sus auténticos padres, en Extremadura.

Tengo familiares y buenos amigos que han pasado por el largo y doloroso proceso de la adopción internacional para hacer realidad sus sueños de ser padres.

Actualmente son más de tres años de espera para poder abrazar a la que consideras tu hija o hijo, desde, prácticamente, el momento en el que te dan una fecha de registro.

Por eso no puedo compartir la opinión de una trabajadora de la Junta de Extremadura que en la reciente inauguración del nuevo Centro San Juan Bautista me dijo que había tantos niños en el centro porque a la mayoría de los pacenses les había dado el "snobismo" de la adopción en China.

Es cierto que por modas absurdas se hacen muchas cosas, pero no creo que entre ellas figure el ser padre.

En cualquier caso, no estaría mal saber cuántos niños del San Juan Bautista podrían ser adoptados. Me temo que pocos.

No me gustan los premios y reconocimientos a título póstumo. Prefiero que quien se los merezca pueda disfrutarlos; pero a Fernando no hubo tiempo para demostrarle todo el agradecimiento y cariño que se merecía.

Por todo ello y más, apoyo la petición de la concesión de la Medalla de Extremadura a Fernando Hernández.