Coincidiendo con las campañas de la recogida de los productos hortofrutícolas en fincas y huertos, proliferan en las calles los puntos de venta ambulante ilegales de frutas y verduras, un negocio que en la ciudad copan "cinco o seis familias", según el inspector de la Policía Local, Antonio Nogales. Se trata de personas con residencia en la ciudad y a las que los agentes tienen identificadas, de hecho en algunas ocasiones han protagonizado incidentes que han terminado en los juzgados.

Para contrarrestar esta actividad (que se incrementa en "época de crisis"), se intensificarán desde ahora, y hasta después del verano, los controles a los puntos donde habitualmente se colocan para dar salida a su mercancía: el entorno del hospital Perpetuo Socorro y Damián Téllez Lafuente (plaza del Altozano), la avenida de Colón, Carolina Coronado y la carretera de Campomayor.

Según explicó Nogales, en la mayoría de los casos la mercancía es robada, aunque también se venden productos procedentes del "rebusco" (restos que los agricultores desechan y que permiten recoger a estas personas) o frutas y verduras compradas a mayoristas, ya que en algunas ocasiones presentan facturas cuando los agentes les han intervenido las mercancias.

Desde mediados de mayo, comienzan a producirse estos hurtos en fincas y huertos. Los primeros robos son de patatas, según explicó Nogales, porque es la época en la que se está engordando al tubérculo "y entran por la noche y hacen un destrozo tremendo, más de lo que se llevan", añadió. Hasta que finaliza la campaña de recogida, se suelen producir numerosos robos de frutas de todo tipo en las Vegas del Guadiana (Villafranco, Balboa, Gévora) y también en las grandes plantaciones de la carretera de Olivenza.

Esta actividad está considerada como "falta muy grave" en la Ordenanza Municipal de Venta Ambulante, que prohíbe vender productos alimentarios fuera de los espacios permitidos, en el caso de Badajoz, los mercadillos del martes y del domingo (salvo las castañas durante las navidades). Además de la intervención del producto, las sanciones administrativas que llevan aparejadas están entre los 190 y los 300 euros.

MODUS OPERANDI Las familias que venden de manera ilegal frutas y verduras en la calle suelen actuar en grupo, y mientras uno se coloca junto a la mercancia, otro ocupa una posición estratégica para avisar de la presencia de la policía (lo que se conoce en el argot policial como el aguaor ). Normalmente tienen un vehículo aparcado cerca con la mercancia y solo muestran unas pocas cajas con el producto, para huir de forma rápida cuando se percatan de la llegada de los agentes. En estos casos se levanta un acta de descubrimiento.

El año pasado, la Policía Local intervino más de 2.500 kilos de productos hortofrutícolas en actuaciones contra este tipo de venta ilegal. Tras incautarse de la mercancía y levantar un acta, los agentes derivan la mercancía para que se realice un análisis veterinario de la misma. "Inmediatamente después, se destruye", apuntó Nogales. En los casos en que la cantidad intervenida es cuantiosa, se investiga si existe la denuncia previa de algún agricultor por robo, con quien se ponen en contacto para ver si puede reconocer los productos incautados.