Cada vez será más frecuente ver césped artificial en rotondas, raquetas y parterres de la ciudad. Hace casi dos años se instaló por primera vez en una isleta en la esquina de la avenida Villanueva con Saavedra Palmeiro y en breve lucirá en seis puntos más de la ciudad.

Ya se ha instalado en la rotonda y la gran isleta del puente del Gurugú (junto a la estación de trenes), en una raqueta del puente Real y en una esquina de la plaza de San Atón. También se colocará en un pequeño jardín de la calle Virgen de Guadalupe (junto al Meiac); a la entrada del instituto San Fernando, en la avenida Augusto Vázquez; y en los parterres de los grupos José Antonio. En total, son 1.618 metros cuadrados con un coste, entre material y mano de obra, de 163.646 euros.

El concejal de Medio Ambiente, Antonio Avila, recordó que la decisión de utilizar césped artificial en zonas no peatonales se tomó como medida de ahorro de agua y también de costes de mantenimiento. Por eso, se extenderá en el futuro a otros puntos de la ciudad que no son de tránsito público, donde se sobreentiende que este material puede perdurar en el tiempo sin problemas, y en los que la vegetación natural, además de ser más costosa de mantener, no sale adelante. La instalación de este césped artificial tiene una garantía de "entre 10 y 15 años", según Avila.

El concejal ya tiene en mente algunos de los rincones que en el futuro se adecentarán de esta manera. De momento, Avila solo mencionó que uno de ellos será la rotonda del ferial de Caya.

El césped artificial no obliga a renunciar a la vegetación natural. En algunos casos, como en la isleta y la rotonda del Gurugú solo se ha colocado este material, pero en otros puntos se combinarán con árboles dejando espacio para los alcorques (como en el jardín de Virgen de Guadalupe o los parterres de los grupos José Antonio) o flores (como en el puente Real).

El ayuntamiento pacense también quiso poner este tipo de césped en las isletas de la autopista, pero el Ministerio de Fomento, titular de esta vía, no lo autorizó.