Ahora la entrada es obligada por la puerta de la calle Museo y la salida por la de Virgen de Guadalupe. Gel hidroalcohólico sobre un expositor recibe al visitante y pegatinas en el suelo lo avisan de que debe mantener la distancia de seguridad. Unas huellas amarillas indican el recorrido obligatorio en un único sentido por las salas, cuyos trabajadores llevan mascarillas y también pantallas de protección. En las escaleras, siempre por la derecha, y en los bancos no está permitido sentarse. También hay mamparas en los espacios de atención al público y limitación de aforo.

Es la nueva normalidad del Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo (Meiac) de Badajoz, que ya empezó el año, precisamente en el que cumple su 25 aniversario, con un vuelco en su trayectoria, por el fallecimiento de su director, Antonio Franco, en enero. En marzo llegó el estado de alarma y el cierre. Tres meses ha permanecido sin visitantes y ayer reabrió, con cinco exposiciones, las mismas que estaban cuando cerró. Este periodo lo han aprovechado para reconsiderar y reorganizar «y ahora ya vamos a pensar en la programación de aquí a dos o tres meses», explicó la nueva directora, Catalina Pulido, que pertenece al equipo técnico del museo. Tiene la plaza desde 1998 y salvo un paréntesis de 6 años en Mérida en la jefatura de servicio, siempre ha estado en el Meiac.

En el sótano se expone 'Em Perspectiva', de la colección portuguesa del museo, vinculada a la celebración del 25 aniversario, que se irá ampliando, y 'Unidad del Mundo', de José Antonio Cáceres. De la colección propia se expone también el conjunto de dibujos que donó la familia de Juan Barjola, que se muestran en la segunda planta. En la primera sigue Edgardo Antonio Vigo 'Y la edición en Red' y, en la tercera, Marlon de Azambuja con 'Sentir la visión'.

La pretensión de Catalina Pulido es avanzar en la oferta didáctica del Meiac y en su versión educativa, no solo con los niños. «Estos días nos han dado la posibilidad de pensar y de repensar cómo tenemos que seguir, aunque el museo está muy claro y las líneas están muy marcadas desde su inauguración», manifiesta.

Lo que sí continúa cerrado de momento es el taller didáctico del museo, y habrá que esperar hasta saber con seguridad las medidas que se deben adoptar dado que está dirigido a niños y es más difícil controlar el material que manipulan y que habría que limpiar para que se pudiese reutilizar. Por eso habría que buscar qué elementos sí pueden usar, visitas o actividades on line.

Por otra parte, el Meiac tiene a disposición el salón de actos, donde se seguirán haciendo presentaciones, con el aforo limitado. La directora no cree que haya ningún problema. Distinto será con los actos en los que el público esté de pie. Sí podrá estar sentado, como en los conciertos de la Filarmónica, guardando las distancias de seguridad.

El primer día de la reapertura contó con la presencia de la secretaria general de Cultura, Miriam García, quien destacó que es «una suerte» poder reabrir los espacios culturales, con el apoyo de todo su personal «y espero que el usuario los disfrute cumpliendo las medidas, porque la responsabilidad es de todos».

El Meiac recibe cada año en torno a 20.000 visitantes. Este año el recuento será sensiblemente inferior, sobre todo porque trabaja mucho con visitas guiadas a grupos de escolares, que de momento no se van a poder retomar.

Es a través de las redes donde el museo está teniendo más presencia, con motivo de su 25 aniversario, recorriendo su trayectoria, vinculada especialmente a Portugal. «Es algo que nos ha tocado vivir y se está celebrando como podemos», apuntó la secretaria general.