No serían los perros más hermosos, con más pedigrí o mejor porte, que también, pero sí los animales más queridos por sus dueños. El tradicional Concurso de Perros Sin y Con Raza que viene celebrando la asociación protectora Adana (ya es la octava edición) congregó ayer en la explanada de la alcazaba durante toda la mañana a más de un centenar de personas con sus perros, muchos de ellos ni siquiera participaron en la competición, pero estaban allí para compartir el cariño hacia sus mascotas y reivindicar el amor por los animales.

Al concurso se presentaron 88 perros, de todas los tamaños, condiciones y edades, algunos ataviados con disfraces, como una perra tabernera y un pequeño macho que iba de Carmen, la de la ópera, con un vestido rojo de terciopelo y tul y un clavel del mismo color en la cabeza. Cuando se apuntaban, los dueños anotaban la raza, si la tenían y sus características. Uno a uno fueron pasando dirigidos por sus propietarios para lucirse y demostrar su agilidad ante el jurado. Había de todo y el público disfrutó.

El premio al más habilidoso se lo llevó Beti, una hembra mestiza de 3 años. Al nombre más original, Isidrín, al que llamaron así porque apareció en San Isidro malherido y sus ahora propietarios lo curaron y cuidaron. El Superraza fue Mao y el Superchuco, Luna. También humo un premio al más veterano, Pocho, que tiene más de 16 años.

Durante la entrega de premios, hubo un momento para rescatar una historia no olvidada, la de Fito, el cachorro que en octubre del 2009 apareció junto a su hermano en un contenedor en la calle Margarita Nelken de Badajoz salvajemente torturado. Su hermano murió pero Fito sobrevivió, bajo los cuidados de sus dueños y ayer estuvo en la alcazaba, hecho ya un adulto en el que aún son visibles las secuelas físicas. Los organizadores recordaron que el autor de esta agresión está ya detenido y en espera de juicio.

La cita de ayer, según recordó el presidente de Adana, Agustín Mansilla, era una forma de recordar a la ciudadanía que existe el problema del abandono de los animales "y hay que seguir concienciando". Señaló que en el 2010 hubo un repunte debido a la entrada en vigor del reglamento que obliga a que los perros lleven microchip y pasaporte y había gente que no estaba dispuesta a pagar un dinero.

Pero este año se ha vuelto a las cifras de años anteriores "y el problema de abandono sigue siendo muy fuerte". Mansilla señaló que la situación no solo afecta a quienes aman a los animales "sino a todo el mundo, no solo por conciencia, por la imagen de sociedad cívica, sino por el riesgo que entrañan los animales descontrolados, que nos atañe a todos".