Aunque han pasado 14 años, el Cerro de Reyes no se ha olvidado de la riada que dejó tras de sí a 23 muertos aquella fatídica noche del 6 de noviembre de 1997. Los vecinos volvieron a reunirse en la iglesia del barrio, donde el párroco, Manuel Malagón, ofició una misa la tarde del sábado en la que recordaron a los fallecidos. Malagón hizo especial hincapié en una de las víctimas, Antonia, cuyo cuerpo no llegó nunca a encontrarse, sí el de su marido.

La presidenta de la asociación de vecinos, Isidra Méndez, reconoció que "algunos vecinos sufren aún los efectos de la riada". Según explicó, aún hay personas, aunque no son muchas, que conviven a diario con los escombros y las ruinas.

Méndez apuntó a la calle Tirso Lozano Rubio, donde hace meses se abrió un socavón "que sigue sin repararse", así como a "los puntales" del barrio, donde aún quedan casas pendientes de su demolición, como en la calle Margarita o la Golondrina, "que se han convertido en basureros llenos de ratas y culebras que molestan a los que viven al lado".

Aunque se quejó de la "lentitud de la Administración", la presidenta vecinal responsabilizó a algunos de los propietarios de esas viviendas, "que no están conformes con el dinero que les da el ayuntamiento y están complicando el proceso".

Los vecinos desean, según dijo, que la escultura que recuerda a las víctimas, situada a la entrada de los jardines de San Roque, se traslade al punto donde se unen el Rivillas y el Calamón, "que es el lugar donde se vivió la tragedia".

CRITICAS DEL PSOE Por su parte, el PSOE criticó ayer al equipo del gobierno porque "en el 2010 había 134 viviendas sin demoler y en el 2011 sigue habiendo 134". Denunció que el PP "invierta cada año menos de la mitad de lo que presupuesta", por lo que aseguró que "a este paso, las heridas de la riada no se borrarán hasta el 2025".