Cuando salgan estas líneas ya se habrá celebrado la Gala del Antifaz de Plata, la gran fiesta de la Falcap, en la que carnavaleros enardecidos se premian entre sí y a quienes colaboran con su causa. Supongo que de nuevo durante esta celebración se habrá mencionado el proyecto del Museo del Carnaval, una iniciativa que por primera vez adquiere forma y tiene ubicación, en la Poterna.

Parece que los ánimos se han calmado y en la asociación carnavalera ha prevalecido la razón, lo que ha propiciado un acercamiento a dos instancias con las que el buen entendimiento es obligado.

El ayuntamiento se puso en su sitio y la concejala de Festejos dijo que la Poterna o nada, respaldada por la Junta, que ha abierto los ojos al comprobar que existe un espacio ya rehabilitado que requerirá una inversión más escueta que si tuviera que habilitar un museo en un edificio de nueva planta. Ante esta situación, a la Falcap sólo le quedaba aceptar y le honra que haya cedido en sus posiciones.

Como también ha cedido al acercarse a la Asociación de Vecinos de Santa Marina para intentar recuperar una buena relación que llevó al afianzamiento de la Tamborada.