La desescalada de la venta ambulante en Badajoz dio ayer un paso más con la reapertura del mercadillo de los domingos en El Nevero, que se desarrolló con la respuesta responsable de los vendedores, adaptados a la reorganización del recinto, y la afluencia de numeroso público. El concejal de Mercados, Eladio Buzo, calculó que entre 6.000 y 7.000 personas se acercaron a lo largo de toda la mañana, formando incluso colas en la única entrada habilitada. Sin embargo, se echó en falta la presencia de clientes portugueses que, según Buzo, representan entre el 20 y el 30% de la clientela de muchos puestos del domingo. No así en el de los martes.

Pero el cierre de la frontera ha impedido que de momento acudan a comprar a Badajoz desde Elvas, Campomayor y hasta de Estremoz, según relató Juan Antonio Mejías, uno de los vendedores. «Echamos en falta a los portugueses, que son buenos compradores y también gente de los pueblos, la mayoría de los que han venido son de Badajoz». También Manuel añoró «bastante» a los clientes del país vecino, «pero sabemos las circunstancias y estaremos a la espera de que abra la frontera». En el puesto de fruta de Yolanda Cabrilla notaron la ausencia sobre todo de personas mayores y también de portugueses, «porque compran bastante y les gusta la calidad».

Entre los clientes satisfechos estaba Dolores, que acude de vez en cuando al mercadillo y constató que estaba bien organizado y que todo el público hacía uso de las mascarillas. Dolores, María y Maricarmen percibieron que faltaban puestos. Algunos vendedores apuntaron que comerciantes de Cáceres no acudieron y tampoco aquellos a los que el estado de alarma cogió sin mercancía y no han podido reponerla, porque la compran en Madrid o Sevilla, según José Luis Salazar.

«Yo me alegro de que haya vuelto el mercadillo, porque las cosas están más baratas», decía María, que apoyaba que hayan cerrado la puerta del recinto por la avenida Federico Mayor Zaragoza «porque así hay menos robos». Puede que esto cambie. Buzo adelantó que va a plantear a la Policía Loca habilitar dos puertas más, también controladas, para que se concentre menos gente en la de entrada.