El mercadillo de Badajoz afrontó ayer martes las nuevas limitaciones de aforo impuestas por el aumento de contagios de coronavirus en la ciudad, en un contexto de reducción significativa en la afluencia de clientes y de ventas por el «miedo» de la ciudadanía ante la pandemia.

«En la actualidad viene muchísima menos gente al mercadillo», expresó el comerciante Antolín Rodríguez, quien cree que la limitación del aforo al 30% no les afectará realmente, pues ni siquiera se alcanza esa cifra de afluencia.

La población «tiene miedo y eso se nota, solo hay que ver el flujo de personas ahora», insistió. El vocal de la Asociación de Comerciantes Ambulantes de Extremadura (Acaex) José Antonio Pérez cifró la recuperación de la actividad en el mercadillo desde el final del estado de alarma solo en un 10% respecto a los datos prepandemia, por lo que coincidió en que estas nuevas restricciones poco afectan ahora.

No en vano, este martes, primer día de mercadillo desde la llegada de las nuevas limitaciones fijadas para Badajoz, la afluencia de público es similar a la que se pudo registrar semanas atrás, ha dicho.

«El caudal de clientes es escaso», señaló Pérez, quien pidió a las administraciones que tengan en cuenta la actual situación de este sector y que implanten medidas de ayuda como se han hecho en otros, en este caso por ejemplo con la exoneración de las tasas municipales para tener puestos este año.

En su opinión, algunas medidas tampoco han ayudado, y en este sentido se preguntó «por qué se ponen limitaciones al aparcamiento en el entorno, cuando éstas no se ven en los hipermercados, o en las calles comerciales, donde tampoco se fijan recorridos para comprar, o no se les ha obligado a contar con pasillos más grandes», dijo.

En este sentido, Pérez afirmó que «los periódicos no han dado ninguna noticia en relación a que se hayan producido contagios en los mercadillos, ni de la comunidad ni en España», y sin embargo sufren desde el final del estado de alarma más restricciones que otras áreas comerciales.

María Lozano, cliente habitual del mercadillo, coincidió con los comerciantes en que «la afluencia de público no es de momento la que era, eso es evidente», y entendió que «haya miedo aquí y en toda la ciudad, pues incluso hay la percepción en la ciudadanía de que la pandemia puede ir a peor».

«Todo lo que está pasando es además una auténtica faena para los comerciantes, para la economía», lamentó Lozano.