Leo que se ha creado una plataforma para pedir un mercado central de abastos en nuestra capital. No me parece, ni mucho menos, una mala idea y pienso que, a pesar de sus dificultades de materialización, debería no sólo tenerse en cuenta, sino dársele una respuesta positiva, sin que, como ocurre en tantas ocasiones, el remedio acabe siendo peor que la enfermedad. Quiero entender que ese mercado estaría cerca de o en el casco antiguo, porque, para llevarlo al quinto pino no merecería la pena hacer nada. Acuérdense de la Feria; necesidad donde las haya. Badajoz, siempre con retraso, sacó de la Plaza Alta el precioso de hierro fundido que hoy se pudre sin misericordia. Produce sonrojo el tira y afloja sobre quién debiera restaurarlo. El actual equipo de gobierno no tiene ninguna culpa, pero, en conjunto, la universidad de Extremadura es responsable de negligencia. Podía no haber aceptado su propiedad.

La Plaza Alta fue no sólo el mercado de abastos de la ciudad, sino, no creo equivocarme, uno de los más antiguos de España -cerca de mil años-. No hablo del o de los edificios, me refiero al espacio. Entre la alcazaba y la ciudad, en una explanada intermedia y vacía, como Zocodover en Toledo (suq al-dawar = el mercado de las caballerías). Cuando se llevaron el viejo edificio --situado a martillazos en un marco agobiante-- se mejoró el conjunto, pero acabaron con el casco antiguo. Fue un error colosal. Sin duda debía variarse el emplazamiento de la construcción, pero evitando la atomización de la actividad en otro más de los costrosos mercadillos nacionales, carentes del encanto de las antiguas ferias y del toque elegante de los parisinos -donde se puede comprar pescado y carne y nadie se muere; cuestión de cabeza-, por poner dos ejemplos muy distantes. Atiéndase la opinión de esa nueva plataforma --esta ciudad debiera renombrarse: Platafoz; ¡qué abundancia!--, que no es descabellada --tampoco nueva--.

El mayor problema es buscarle sitio. Con esto, no quiero decir que el mercado hubiera de instalarse de nuevo en el edificio del campus, trasladado; sólo que la idea no es desechable y, pensando con buena voluntad, a lo mejor habría soluciones. ¿Y si lo ponemos en la Alcazaba y así acabamos de destrozarla del todo? En beneficio de la ciudad y de su turismo, claro. En tanto no la llenan de restaurantes y de chiringuitos sigue estando vacía.