La unidad móvil de Cruz Roja conocida como metabús proporciona metadona a 230 toxicómanos cada día en Badajoz --587 en 18 localidades--. Esta es una de las tres que hay en la provincia y en su ruta pasa por Mérida, Montijo, Talavera y Badajoz. Con un conductor y un enfermero, sale cada tarde, de lunes a sábado, desde hace 12 años, cuando en 1995 se puso en marcha el Programa de Reducción del Daño (PRD), dentro del Area de Drogodependencias de Cruz Roja que dirige el médico Mohamed Alwattar. El resultado: el 50% de quienes pasaron por el PRD logró dejar la droga.

Un toxicómano, aclara Alwattar, "es un enfermo crónico como un diabético, y la droga no reconoce clases sociales, da igual rico que pobre, famoso o desgraciado, ahí somos todos iguales y nadie está exento de sufrir un día sus consecuencias".

El programa nació para reducir el daño asociado al consumo de drogas y el riesgo para la población en general, para disminuir el consumo, mejorar la calidad de vida de los drogodependientes, prevenir enfermedades infecto-contagiosas, diagnosticar enfermedades derivadas del consumo y favorecer el acceso a centros de desintoxicación.

En Badajoz intervienen en cuatro zonas, de 19.30 a 21.30 horas, junto a la L del Perpetuo Socorro, parque de San Roque, la UVA-Estación y Los Colorines, donde más se necesitan.

DATOS DE INTERES Desde 1995 Cruz Roja ha tratado a 9.000 pacientes en la región, de los que 1.700 lo han sido en Badajoz. Antes no había "tantos organismos para toxicómanos y atendíamos diariamente de 400 a 500; tras 12 años, la intervención es muy efectiva, no al 100%, pero hay muchísimos que han recuperado su vida, e incluso su familia que estaba desestructurada", dice el médico. Hoy hay más recursos y se atiende a un 50% menos.

Juan José Sedeño es el enfermero encargado del metabús en Badajoz y quien dispensa la dosis. Admite que a veces han surgido problemas, "pero más que con nosotros, entre ellos, pero es cierto que hay situaciones nuevas cada día, porque es el colectivo que más necesita de servicios sociales, tiene de prisión, familiares, laborales, de todo tipo".

Además de dar la metadona, intercambiar jeringuillas, repartir condones, y dar asesoría sanitaria para evitar infecciones, ofrece apoyo psicológico y social y deriva a los pacientes a otros programas de la red asistencial.

Alwattar señaló que el programa no solo reduce el daño entre los drogodependientes, sino al resto de la sociedad, pues se evitan muchos problemas derivados de la droga, "se evitan robos, agresiones, prostitución y eso beneficia a todos". Y cuando los pacientes están preparados pasan a los centros de desintoxicación.

Para él, "el efecto sanitario es un triunfo, pero la función social es muy importante". No obstante, alerta de que aunque ha bajado el número de usuarios del programa, el consumo de cocaína se ha disparado y es la principal demanda hoy, seguida por la adicción al alcohol y el tabaco. Ante la pregunta de si hay ahora más comprensión social hacia el metabús , afirmó que todavía hay problemas porque hay zonas en las que los vecinos protestan ante su presencia.