Licenciada en Derecho y funcionaria del Gobierno de Extremadura, Ana María Gómez Valhondo compagina su puesto como subdirectora de Recursos Humanos del hospital de Mérida con la alcaldía de Trujillanos, al frente de cuyo ayuntamiento está desde el 2007 (6 concejales del PP y 3 del PSOE). Asegura que aunque no es fácil compatibilizar sus responsabilidades, lo logra "teniendo ganas de hacer las cosas y queriendo luchar por tu pueblo, que es lo que más te duele", haciendo sacrificios y con el respaldo incondicional de la familia. "Es una gran satisfacción personal que tus vecinos te sigan votando y apoyando", afirma.

--¿Qué balance hace de su gestión al frente del ayuntamiento cuando echa la vista atrás?

--El balance para mí es muy positivo porque en el tiempo que me ha tocado gobernar se han conseguido muchas cosas, además, esenciales para lo que es el desarrollo de la vida de los vecinos. Se ha abierto la guardería, con dos aulas, que está totalmente cubierta e incluso hay lista de espera; también se ha abierto el centro de día, que es la envidia de muchos pueblos, con 20 plazas para válidos y cinco de dependientes. Hasta ahora cuesta un poco concienciarse del uso del centro de día, porque parece que desgarras un poco a la familia y abandonas a la persona mayor, cuando realmente le estás dando un mejor servicio y atención y eso permite que los hijos podamos compatibilizar la vida laboral y familiar. Además, en la legislatura se ha hecho el gimnasio, que era muy demandado y un comedor escolar que hemos conseguido abrir con la colaboración imprescindible de la ampa.

--¿Qué proyectos tiene sobre la mesa?

--Hemos conseguido la reversión de unos solares que se cedieron para un semillero de empresas, pero donde la Junta de Extremadura no invirtió, y se construirán viviendas sociales y de protección oficial en esos terrenos que no se ha explotado a nivel industrial. Estamos en trámites con el Gobierno regional para cederle una parte y que pueda construir esas viviendas sociales, si hay demanda suficiente. Además, después de equipar la biblioteca municipal con fondos de una subvención, se abrirá de forma inminente. También se consiguió hace dos legislaturas la entrada al Parque Natural de Cornalvo, con un centro de interpretación que cuenta con mucha afluencia de público y hemos logrado que el bar que daba apoyo logístico a esas instalaciones pase a formar parte del patrimonio municipal y se sacará a subasta para su explotación. Así se dará mayor apoyo al centro y se creará empleo.

--¿Hay alguna otra actuación pendiente en el ámbito del turismo?

--Tenemos una piscina, con gran afluencia de público de Mérida y pueblos de alrededor, y, aunque es un servicio costoso, es bastante satisfactorio porque gracias a la piscina municipal se conoce Trujillanos en el entorno. Ahora, además, estamos en trámites con la directora general de Turismo para poner homologar el albergue y ponerlo en funcionamiento. El centro de interpretación, el bar, la piscina y el albergue están en la misma zona y lo que queremos es crear un gran complejo de ocio. Ese es el proyecto más ambicioso que tenemos ahora mismo en referencia al turismo. Por otra parte, hemos solicitado la construcción de una pista de pádel y una nave cubierta para que en el futuro se utilice como gimnasio del colegio.

--¿Entraña más dificultades tomar algunas decisiones cuando se gobierna en un municipio pequeño, donde se conocen todos y el trato con los vecinos es tan cercano?

--La gente al final llega a entender las decisiones que se toman. Yo intento tomar las decisiones de la forma más aséptica posible, aunque personalmente a veces pienses otra cosa, en la gestión del ayuntamiento hay que ser íntegro y mantener unos principios. Las situaciones más estresantes se viven a la hora de ofertar puestos de trabajo. Los que nosotros ofertamos están subvencionados por el Gobierno de Extremadura y ya viene perfilado perfectamente quién puede optar a ellos. Trujillanos tiene ahora mismo unos 1.500 habitantes y gracias a que se han ofertado servicios como la guadería o el centro de día, hemos hecho que la gente que antes venía de paso a Trujillanos, que lo tenían como segunda residencia, se acabe integrando y viviendo en el pueblo. Esa ha sido mi intención desde el principio: hacer de Trujillanos no un pueblo grande, sino un gran pueblo.

--¿Cómo ve el futuro del municipio?

--Confío en que este periodo de crisis pase y que Trujillanos tenga no solo la cantidad, sino la calidad de empleo que ha tenido hace unos años. Hay muchos vecinos que se dedican a la construcción y que se han visto muy afectados por la situación económica. Nosotros intentamos apoyarlos y por eso hemos dado el nombre de las constructoras locales a la Diputación de Badajoz para que cuente con ellas en el nuevo Plan de Obras y Servicios que ha puesto en marcha junto al Gobierno Regional. A Trujillanos le corresponden 58.000 euros, con los que se pavimentarán algunas calles, se hará un nuevo parque y la iluminación de las distintas entradas.

--¿Cómo son las relaciones con la oposición?

-- En la anterior legislatura había una relación bastante fluida y el interés era el beneficio de Trujillanos. Pero en esta última está siendo un poco más difícil la convivencia porque se ha llegado a ataques personales. Eso es una pena, porque lo que nos debe interesar es el pueblo, que es el que nos ha votado, para defender sus derechos. Los vecinos han confiado en nosotros y todos somos representantes, tanto el equipo de gobierno como la oposición, y eso se merece un respeto.

--¿Volverá a presentarse en el 2015?

-- Todo es evaluable. Depende del apoyo que vea del pueblo y de las circunstancias personales. Si tu ves un respaldo en tus vecinos, que te siguen saludando, dando la mano o sonriendo, es muy gratificante y merece la pena. Yo me siento querida en Trujillanos y no hay cosa más importante, al menos en mi vida, que ser la alcaldesa de mi pueblo. No descarto volver a presentarme, porque siempre quieres hacer más, aunque a veces te cree una impotencia personal tener un proyecto y no poder sacarlo adelante.