El microclima que entró en funcionamiento el pasado 4 de agosto está convenciendo a los pacenses. Este mini trópico hace las delicias de los que hasta la calle Menacho se acercan en horarios de máximas temperaturas.

Conocedor de este útil invento es Daniel Gallego. "No te imaginas --cuenta-- el calor que paso hasta llegar aquí, pero cuando te acercas, la humedad te quita todos los males". Marta Romero es dependienta de Rigoletto y desde su inicio ha escuchado de todo: "algunos clientes se quejan de que les moja el pelo, pero te puedo decir que desde que funciona salen más a la calle porque es más agradable comprar sin calor".

Pero el frescor que proporciona el agua que emana de sus microdifusores no parece causar la misma reacción en todo el mundo. Carmen es dependienta de Pauta y considera que "es un invento absurdo que la mitad de los días no funciona", "un gasto innecesario que además te ensucia la tienda y los cristales".

Sobre estas quejan opina José de la Torre, gerente del centro comercial abierto de Menacho, "El microclima no debería mojar a los transeúntes, lo que sucede es que al no hacer suficiente calor el agua no se evapora antes de llegar al suelo. Por este mismo motivo algunos días no se conecta". Sobre su funcionamiento, José de la Torre aclara que "se inicia manualmente cuando hay una previsión de un temperatura superior a los 33 grados. Con el tiempo se instalarán sensores de temperatura que accionarán el sistema cuando el termómetro marque los 34 grados".

Aunque se ha gastado mucho dinero del presupuesto en obras inesperadas, De la Torre asegura estar cumpliendo los plazos previstos y adelanta que "el próximo martes funcionará en las calles Guardia Civil y Fernández de la Puente".