Miguel tiene 8 años y es autista, con afectación cognitiva y retraso psicomotor. Cuando era más pequeño le daba miedo lanzarse del tobogán o columpiarse, pero ahora que ya quiere y le divierte hacerlo, no puede permitírselo en ninguno de los dos parques que tiene más cerca de su casa, en Cerro Gordo.

Su madre, Ana María Galán, denuncia las limitaciones que encuentra su hijo en las dos áreas infantiles que existen en la barriada, que se complican además por los desperfectos que presentan y que también suponen un riesgo para otros niños sin discapacidad. Miguel necesita ayuda para subir y bajar escaleras y para entrar o salir del coche. Los dos parques de Cerro Gordo son exactamente iguales y ninguno de los toboganes tiene escaleras, como los tradicionales, sino unas barras verticales difíciles de escalar para este niño, si no es con la ayuda de un adulto, y una vez arriba corre el riesgo de caerse porque la altura impide que reciba ayuda. Por otro lado, el puente no es rígido, como en los juegos de otros parques, sino que la base está sujeta con cuerdas y se mueve.

Aunque esta madre no conoce la normativa en materia de seguridad, duda de que estos juegos la cumplan. Apunta que son de madera, están astillados y pueden causar heridas. Además, los suelos son de placas de caucho, que asegura que nunca se pegaron, con lo cual están sueltas y los niños «hacen caminitos» con ellas. Debajo hay grava, que dificulta poder andar y existe el peligro de que su hijo y los niños pequeños se lleven piedras a la boca.

A esta madre le indigna que para que Miguel pueda jugar en un parque con otros niños tengan que trasladarse 7 kilómetros para buscar un espacio con juegos accesibles. Los hay en el parque del río y en Castelar, pero no siempre están en buenas condiciones pues, por ejemplo, los columpios carecen de cinturones, aunque al menos en el paseo del Guadiana los toboganes tienen escaleras estables. Lo que pide esta madre es que en los parques se tengan en cuenta las necesidades de los niños que requieren más apoyos, «para que disfruten como los demás».