Miranda Henrique es brasileña. Tiene 42 años y hace 11 que llegó a España. Está separada y tiene un hijo. Su situación económica y personal, sin trabajo ni casa, hizo que recurriese en busca de ayuda al Centro Hermano de Badajoz, donde reside desde hace ya cinco meses. Para ella, según contó ayer, el apoyo que le ha prestado Cáritas ha supuesto una segunda oportunidad para tratar de recuperar su vida. Tras poner en orden su documentación y empadronarse, ha iniciado varios cursos para formarse con el objetivo de encontrar un empleo en el futuro que le permita tenner independencia. Está aprendiendo informática y mejorando su castellano, ha hecho amigos en la ciudad y se encuentra con fuerzas para salir adelante. Los más importante de todo es que «he conseguido tener los fines de semana a mi hijo» y también recuperó el contacto con su familia en Brasil, con la que se comunica a través del teléfono e internet. B C.