La piscina de La Granadilla se convierte en estas fechas en un punto de encuentro habitual de bañistas, y también de lectores. Harry Potter, Mortadelo y Filemón o Astérix y Obelix comparten sus aventuras con los bañistas de menor edad en la Bibliopiscina, un espacio ya consolidado entre los pacenses. Los más mayores tienen también a su disposición una amplia oferta para la lectura.

Entre los más de mil libros que componen el fondo de esta peculiar biblioteca, se pueden encontrar desde periódicos hasta novelas, pasando por todo tipo de revistas, cuentos infantiles y cómic. Eso sí, el incremento de los presos en la cárcel de Alhaurín y los amoríos veraniegos de los famosos no tienen cabida en la Bibliopiscina, que no cuenta con ninguna revista del corazón , ya que el objetivo de esta iniciativa es fomentar la lectura, no el cotilleo.

Nueva oferta

A la oferta literaria se suma este año la novedad del videofórum, un espacio dirigido a los más pequeños en el que se proyectarán películas y documentales, que darán lugar a actividades, entre ellas debates y coloquios.

Los libros de la Bibliopiscina "se renovarán varias veces hasta septiembre, no porque estén deteriorados, al contrario, los usuarios cuidan y tratan muy bien los libros y los devuelven en perfecto estado, sino porque siempre es bueno ir renovando los fondos a lo largo del verano para que la oferta sea más y mejor", según explicó la concejala de Cultura, Consuelo Rodríguez Píriz, que visitó la Bibliopiscina con el alcalde de la ciudad, Miguel Celdrán.

Los mayoría de los usuarios de este espacio son los más pequeños, por eso se han diseñado talleres de manualidades, dibujo y pintura, dirigidos por dos monitores, que se encargarán también de las actividades de dinamización de la lectura.

El sistema de préstamo es el mismo de la pasada edición. A cambio de algún objeto que identifique al usuario, como una chancla o un reloj, pueden obtener el libro solicitado. Y si la lectura es absorbente, pero son las ocho y media de la tarde y es la hora de cerrar, siempre se puede pedir al bibliotecario que lo reserve para el día siguiente.

El año pasado, 2.700 personas, en su mayoría niños y mujeres, compartieron las horas de sol y agua tumbados en el césped con sus autores preferidos, qué mejor compañía que un buen libro.

"Algunos pueblos de la provincia han seguido el ejemplo de Badajoz y ya cuentan con estas peculiares bibliotecas en sus piscinas municipales", recordó la concejala.

No hay que olvidar devolver el libro, o si no alguno tendrá que volver descalzo a casa.